Limpiar tu piel de más no es una buena idea - Revista Para Ti
 

Limpiar tu piel de más no es una buena idea

mujer en bañadera
Un gran ejemplo para decir que los extremos no son buenos: abusar de los productos de higiene y del agua puede alterar la piel del cuerpo, las manos y el rostro: te contamos por qué.
Belleza
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Desde la infancia nos inculcan hábitos de higiene, recomendando -sobre todo- el frecuente lavado de manos para prevenir enfermedades. Ni hablar del baño a diario y de la limpieza del rostro para cuidarla y mantenerla libre de impurezas.

Todo perfecto cuando es en la justa medida. Pero, ¿qué pasa si estas prácticas se hacen demasiado frecuentes? Exponer la piel a los productos y también al agua puede tener sus consecuencias.

Uso correcto de jabones y lipiadores

Los jabones y limpiadores no solo se deshacen de la suciedad, sino también los lípidos naturales de la piel. Cuando su uso se vuelve excesivo, pueden "estresarla" haciendo que se vea enrojecida e irritada.

Los jabones para las manos y el cuerpo de uso común no deben reemplazar a los faciales. La piel del rostro tiene particularidades, sobre todo es más delgada y sensible, con lo cual requiere el uso de productos con fórmulas específicas que no alteren su microbiota, que es la flora cutánea de bacterias benéficas que habitan en su superficie.

Cuidar el manto hidrolipídico

Otro daño que podemos generar en la piel si la lavamos en exceso es la alteración de su manto hidrolipídico, es decir, la superficie que está cubierta por una capa de grasa natural que la protege. Si esto sucede, podemos dar lugar a la aparición de infecciones, picazón y enrojecimiento.

Lo más recomendable es usar jabones suaves y que tenga un pH parecido al de la piel para que no la resequen ni afecte el manto lipídico.

Optar por la frecuencia adecuada

En cuanto a la frecuencia, por ejemplo, el baño se recomienda una vez al día, procurando usar el agua templada y no demasiado caliente, dado que su temperatura puede alterar y deshidratar la piel.

La piel del rostro se debería lavar hasta dos veces al día, con la higiene facial: un buen truco es aprovechar el momento del baño para realizarla.

En cuanto a las manos, después de usar el baño y al volver a casa cuando venimos del exterior. Para las tareas en la cocina y también las de limpieza, una buena manera de protegerlas es usando guantes de goma.

Más información en parati.com.ar

   

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