Las brumas están actualmente entre los cosméticos más elegidos, principalmente, por la cantidad de beneficios que aportan a la piel: hidratan, refrescan, iluminan y fijan el maquillaje.
Dicen que, además, facilitan el desbloqueo enérgico y emocional de las zonas faciales más sensibles, así como el tratamiento de las afecciones cutáneas y los signos de la edad.
Su eficacia es tal que casi alcanzan la categoría de sérums en versión pulverizadora, y todo gracias a los ingredientes potentes que contienen: infusiones florales, plantas medicinales, flores de Bach y aceites esenciales que restablecen el equilibrio energético, restauran y reprograman la información celular de los tejidos cutáneos para devolver a la piel su estado óptimo de pureza, belleza y salud.
Si aún no las probaste, solo es cuestión de que investigues cuál es la más indicada para tus necesidades: hidratación, descongestión, restauración...
En épocas de frío son muy útiles para hidratar rápidamente la piel, sobre todo cuando hay cambios bruscos de temperatura hay pieles que reaccionan enrojeciéndose, por lo que aplicar una bruma es de suma utilidad.
Si tenés que salir podés llevarla con vos y aplicarla cuando tu piel te lo pida. Como último dato: casi todas vienen con fragancias muy agradables que te generan un bienestar de inmediato cuando la pulverizás sobre tu piel.
