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#BookDeLaSemana Violeta Urtizberea: "Deseo que mi hija Lila algún día pueda besar a un amiguito sin miedo y sin barbijo pero hoy le enseño a cuidarse mucho"

Está en pareja -desde hace más de 6 años- con el músico Juan Ingaramo, tienen una hija (de 1 año y 7 meses) que se llama Lila y, claro, los tiene locos de amor. Sin embargo, la actriz admite que la crianza tiene sus complicaciones y reconoce que la convivencia tampoco es un lecho de rosas. Espontánea, simpática y sin pelos en la lengua, Violeta Urtizberea habla de su vida y sueña con un futuro sin pandemia para que su hija pueda disfrutar de una vida mejor. 

Publicado por
Juliana Ferrini

Aunque asegura ser tímida y sentirse rara cuando “tengo que hacerme la linda”, según sus propias palabras, a Violeta Urtizberea se la nota cómoda posando para el Book de la semana de Para Ti. Es más, su único apuro por terminar la sesión de fotos tiene que ver con una cuestión estrictamente doméstica: “A las 16 horas se me va la niñera”, explica y cuenta una anécdota muy graciosa sobre su hija Lila, de 1 año y 7 meses: “¿Podés creer que recién ahora dice mamá? ¡Dijo papá antes que mamá! Es más, me llamaba papá a mí…. ¿Estamos todos locos? Aprendió abu, hola y otras palabras antes que mamá. ¿Se puede ser tan desagradecida?”

-Bueno, rescatemos lo positivo: ya no te llama papá

-Ojo, dice algo tipo “ma-pa….” Raro. Muy centennial. Está tan linda, graciosa y charlatana: no para de hablar.  En su idioma, claro, que andá a entender lo que dice.

-Hace casi 4 años te entrevisté y recuerdo que hablamos sobre la maternidad: me dijiste que era algo que venías postergando y no sabías bien por qué. ¿Cuándo decidiste que había llegado el momento de tener un hijo?

-No sé si hubo un momento exacto en el que dijimos con Juan: “Tengamos un bebé este año” pero sí es cierto que lo veníamos postergando sin razón alguna. Es como que decíamos: “Todavía no es el momento ideal” y la realidad es que eso no existe. ¡Nunca llega! Pero bueno, estamos muy enamorados y siempre fantaseábamos con la idea de tener un hijo así que un día pasó: quedé embarazada y ahora tenemos a Lila en casa.

La cara oculta de la maternidad

-¿El embarazo fue tal como te lo imaginabas o te encontraste con sorpresas de las que nadie te había hablado?

-Tuve un buen embarazo, precioso, no me puedo quejar. Los primeros tres meses, tal vez, fueron los más jodidos porque me sentí muy mal: estaba con náuseas, vómitos y mucho malestar… Era como vivir con un permanente ataque al hígado. Una vez que pasé ese primer trimestre, todo se acomodó y fluyó muy bien. De hecho, en ese momento, estaba haciendo la obra de teatro Terapia amorosa -con Fernán Mirás y Benjamín Vicuña- y trabajé hasta los 6 meses lo más bien.

Así fue el back de la producción:

-Era una obra de teatro que tenía cierta exigencia física, además...

-Sí, claro, porque me desplazaba mucho, corría, saltaba, pateaba un mueble y pude hacer todo perfecto. Obvio que siempre con el aval de mi obstetra.

-¿Y el parto fue igual de armónico?

-Y… bueno, eso ya sí fue un poco más complicado: nada es exactamente cómo te lo imaginabas. El parto es un hecho alucinante y, a la vez, tan personal que es casi imposible que alguien te pueda transmitir su experiencia con palabras. Y ahora que me hacés recordarlo tengo la sensación de que fue como un sueño…. ¡Y también una pesadilla por los dolores! (Se ríe). Lo que más me sorprendió de ese momento fue que yo estaba como muy convencida de que iba a tener un parto vaginal y no fue así: estuve 6 horas de pujando, con 10 de dilatación, y Lila no nacía.

-¿Ahi decidieron realizarte una cesárea?

-Exacto. Pero te aclaro algo: nunca fui una talibana del parto vaginal. Es decir: me hubiera gustado que Lila naciera de esa forma pero -ya en mis primeras charlas con la obstetra- le dije que sólo era una ilusión mía, que si ella consideraba que no era viable, me llevara a cesárea sin dudar. Para mí, lo único importante en ese momento era la salud de mi hija, mi deseo no era prioridad. Y así fue como Lila nació por cesárea.

-¿Te sentiste muy frustrada?

-Noooo… Cero. Es más, creo que fue una buena forma de arrancar la maternidad porque sentí que nada iba a ser exactamente cómo yo había soñado y tampoco estaba en mi poder controlar lo que ocurriera de ahora en más. Fue el primer cimbronazo: explota una granada de amor en tu vida y tenés que aprender a disfrutarla con sus alegrías y contratiempos.

Violeta habla de Lila:

-¿Cómo llevan la crianza de Lila con Juan?

-Muy bien pero también con muchas dudas. No es simple saber qué hacer en cada situación pero lo vamos charlando, tratamos de ponernos de acuerdo y avanzamos. Por ejemplo debatimos cómo ponerle límites a Lila que siento que es un tema súper difícil porque, por un lado no queremos ser padres autoritarios pero, por otro, odiamos a esos niños malcriados que ves cada tanto y con los que nadie quiere estar porque son, justamente, insoportables.

-¿Hablan de estos temas con la pediatra de Lila o se manejan más bien instintivamente?

-Mirá, cuando Lila tenía 6 meses, consultamos con una terapeuta ocupacional porque dormía muy mal: se despertaba mil veces por noche y estábamos los dos agotados. Pero agotados mal. Así llegamos a Clarisa que nos ayudó a ordenarle un poco el sueño a Lila y hoy nos sigue asesorando en su crianza.

-Es interesante lo que contás porque debe haber muchas mamás primerizas desbordadas porque sus hijos no duermen…

-Yo la recomiendo mucho a Clarisa porque ella tiene un sistema que desarrolló para enseñarles a dormir a los bebés y a nosotros, al menos, nos funcionó. Aclaro que no tiene nada que ver con el Duermete niño: este método está basado en la contención y el amor. Hoy Lila duerme súper bien, sola y en su cuarto. Eso a nosotros nos alivió un montón y la verdad es que también creo que colaboró en que sea una nena muy independiente y segura de sí misma.

-Tener asesoramiento profesional, además, te evita escuchar consejos de abuelas, amigas y hasta desconocidos que quieren enseñarte a ser mamá

-¡Tal cual! Evitás justamente eso: que todos opinen y te den su consejo. Ojo, no quiero ser mala, yo sé que la gente intenta ayudarte con la mejor intención pero, a veces, el exceso de información te desorienta, abruma y genera más angustia que tranquilidad.

Un gran padre y un abuelo lúdico

-¿Cómo definirías a Juan como papá?

-Bueno, yo lo amo mucho y ver que es un gran padre me hacer quererlo aún más. ¿Viste que algunas mujeres te dicen que no se quedan 100  % tranquilas cuando dejan al bebé con el papá?  Eso a mí jamás me pasó porque confío a pleno en él. Tratamos de compartir las tareas por igual así que él le cambia los pañales, la baña y le da de comer como yo. Obvio que hablo de ahora, que Lila ya es más grande. Los primeros meses estuve un poco desbordada porque, inevitablemente, el peso recae mucho en la madre y es durísimo.

-Lila tiene un abuelo muy divertido: Mex Urtizberea. ¿Cómo lo ves en el rol de abuelo?

-Ay… ¡Hermoso! ¡Flasheo de amor cuando los veo juntos! Él es muy lúdico: juega con Lila a lo que se te ocurra, tocan instrumentos, se disfrazan. Pero tiene otra gran virtud: es un abuelo muy cuidadoso, precavido -hasta temeroso, te diría- y eso me da mucha tranquilidad porque, sé que cuando está con él, no deja de mirarla un minuto. Está atento a cada uno de sus movimientos. Todavía no se anima a cuidarla por la noche pero sospecho que, en breve, me va a pedir que la deje en su casa para mirar una película juntos y dormir con ella.

Un amor que empezó con asado y amigos cerca

-Vayamos a la parte romántica de esta nota… Contame cómo y donde conociste a Juan.

- Nos conocimos hace 6 años través de un amigo en común, Julián, que vino a verme al teatro con Juan. Yo en ese momento estaba de novia así que no sucedió nada pero le dije a Julián: “¡Que lindo el amigo que trajiste al teatro!” y él me contestó: “¿Sabés que Juan me dijo lo mismo de vos?”. La cosa quedó ahí pero a los 6 meses me separé, Juan se enteró, me mandó un mensaje y me invitó a salir. La verdad es que yo estaba de duelo y sentía que ya tener una cita era como un montón así que le sugerí que organizara un asado con varios amigos que tenemos en común porque sentí que ese plan me iba a resultar más cómodo.

- ¿Te hizo caso o insistió en la cita a solas?

- La verdad es que me hizo caso y se hizo ese asado multitudinario pero después, cuando ya éramos novios, me confesó que, cuando le propuse ese plan, se re desilusionó porque creyó que le estaba cortando el rostro, que no tenía onda con él.

- ¿Qué fue lo que te enamoró de él?

- Lo primero que me pasó es que me atrajo mucho físicamente y estoy siendo objetiva: ¡es muy lindo! (Se ríe). Me gustó también que fuera un hombre tranquilo, cero verborrágico e histriónico, más bien contemplativo. Sabe escuchar y siempre lo hace con una sonrisa. Esas características de él me siguen encantando. Después lo fui conociendo y descubrí que tenemos muchas cosas en común y eso hace sienta que somos del mismo barrio, por decirlo de una forma coloquial.

- ¿Cómo es la convivencia entre ustedes?

- La convivencia nunca es fácil y es hora de desmitificarla. Pero también hay algo que es real: no es la culpable de arruinar parejas. ¿Qué quiero decir con esto? Cuando una amiga mía me dice que se separó porque falló la convivencia suelo decirle: “la pareja iba fracasar igual pero por otras cosas”. Cuando una pareja es sólida sobrevive a la convivencia pero esto no quiere decir que sea perfecta ni un lecho de rosas.

- Leí que a Juan lo llamás Nacha Guevara porque es sumamente coqueto y jamás saldría en una foto, por ejemplo, sin producir

-(Se ríe) Es verdad: lo llamo así. A ver, yo también me produzco para una foto o si tenemos un evento pero él es como mucho más meticuloso que yo. ¿Viste la típica escena del hombre esperando que la mujer termine de maquillarse para salir de casa? Bueno, eso jamás ocurre en la nuestra. Todo lo contrario: yo estoy en la puerta con la llave en la mano y a él le faltar terminar de perfumarse. Para que te des una idea: después de bañarse se seca el cuerpo con secador de pelo. Lo amo mucho pero bueno, tiene ese tema (suelta una carcajada)

La vida a través de las redes

-En tus historias destacadas de Instagram tenés muchas recetas, ¿aprendiste a cocinar desde que descubriste que sos celíaca o es algo que siempre te gustó hacer?

-Siempre me gustó cocinar y lo hice pero te aclaro: no soy celíaca, aunque sí alérgica al gluten. Lo descubrí hace 5 años porque tenía problemas digestivos -se me hinchaba mucha la panza y me dolía la espalda, cintura- y un día me dijeron eso: que los alimentos con gluten me caían mal. Con los lácteos me pasa algo particular: tolero bien los quesos pero no el yogur, el helado y la leche. Confieso que, cada tanto, tomo helado porque la vida sin él es demasiado triste.

-¿Juan come lo mismo que vos o se hace su propia comida?

-En general comemos lo mismo pero, a veces, él tiene ganas de comer pizza y pide fainá para mí o elige una hamburguesa y yo igual pero al plato. Como te decía antes, siempre cociné pero sí es verdad que en estos últimos años incursioné en nuevas recetas como, por ejemplo, todo lo que se pueda preparar con harina de arroz.

-Siguiendo con Instagram, vi que compartiste una tarde con Julieta Nair Calvo, quien fuera tu pareja en Las estrellas…. ¿Se hicieron amigas a partir de ese programa?

-Sí, la verdad es que el elenco de Las Estrellas era hermoso y nos hicimos todas muy amigas. Siempre que podemos hablamos o nos vemos. Con Juli tengo una relación especial, la adoro y ayer almorzamos y  charlamos un montón. La verdad es que una de las cosas que más extraño en pandemia es trabajar con un grupo de gente así.

-¿Tenés algún proyecto laboral para este año?

-Terminé de filmar una película a fines del año pasado y voy a hacer teatro -si la situación lo permite- en el Centro Cultural San Martín en agosto. Se trata de una obra de Tamara Tenembaum, con dirección de Andrea Garrote. Espero poder estrenarla porque la verdad es que yo soy una persona que necesita actuar, no es sólo algo que me gusta: es mucho más que eso.

Las verdaderas secuelas del covid

-¿Te asusta pensar que tu hija no conozca cómo era la vida antes de la pandemia?

-Trato de ser positiva y pensar en que algún día va a saber lo que es abrazar y besar a un amiguito del jardín pero bueno, la realidad, es que para ella, hoy, es normal vernos con barbijo. De hecho, mi mamá, la cuida en casa con el barbijo puesto. Ojo, a veces pienso: Lila no me ve tener contacto físico con ninguna otra persona que no sea su papá y me pregunto si eso la convertirá en una persona más fría y distante. ¡Espero que no!

-¿Pensás que la pandemia nos va a dejar muchas secuelas o que, tal vez, en unos años, volveremos a la normalidad?

-No sé qué decirte… Pienso en costumbres que teníamos antes -como compartir el mate o un lápiz labial con una amiga- y me resulta inimaginable hacerlo hoy pero a lo mejor, en 10 años, todo vuelve a la normalidad. A mí me gustaría que Lila algún día pueda experimentar la vida que tuvimos nosotros: que baile y se abrace con otras personas. Deseo que pueda besar a sus amiguitos sin miedo y sin barbijo pero hoy le enseño a cuidarse mucho.

-¿Creés que vamos a salir mejores de esto?

-El año pasado te hubiera dicho que sí pero hoy pienso distinto: siento que este año se acentuó la falta de empatía, el individualismo y eso me tiene extremadamente triste.

Fotos: Chris Beliera

Producción: Marité Rizzo

Edición de videos: Cristian Calvani

Maquilló: Sol Carreras @sushinecarreras

Peinó: Facu Solís @facusolis

Ropa: Rocío Rivero Art, Couture, Adidas, de Arrieta, Los Vados del Isen y Lali Ramírez