Esta es una casa que se va desenvolviendo para mirarse a ella misma. Ubicada en una zona privilegiada y con vistas soñadas, se escalona sobre una topografía inclinada por medio de cuatro módulos prefabricados. Éstos, aparentemente independientes, se unen entre sí a través dos túneles de jardines, haciendo de esta casa una sola unidad.
Con la rotación de esas piezas se crean aberturas angulares que permiten crear jardines interiores. Cada uno guarda las mismas proporciones pero se invierte respecto al anterior, permitiendo generar un principio común entre cubiertas, niveles de caballete y alturas laterales de las fachadas.
La casa es una caja negra en su exterior pero con maderas claras en todo su interior, buscando ricos contrastes y texturas.
Es un lugar de niveles y dobles alturas, muy luminoso y repleto de aberturas con diferentes matices de color: la luz nunca entra en la misma dirección, lo que permite un juego de luces y sombras en todo su recorrido.
Por su parte, las fachadas acristaladas y rotadas generan una transparencia transversal en toda la casa.
Es una casa que se descubre al recorrerla. Un lugar de perspectivas asimétricas y de contrastes entre sus acabados.
Ficha técnica
Ubicación: Colombia
Arquitectos: Capa Arquitectura
Superficie total: 450 m2
Año: 2019
Fotos: Mateo Soto
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