¿Estoy en una relación tóxica con mi pareja? – Revista Para Ti
 

¿Estoy en una relación tóxica con mi pareja?

En una relación de pareja, por varios motivos, el vínculo se puede volver enfermizo debido a la configuración de las personalidades de ambos integrantes: uno como victimario y, el otro, como víctima. Qué rasgos definen este vínculo violento, cómo podemos detectarlo y qué recomiendan los profesionales.
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La información y el asesoramiento profesional son las herramientas fundamentales para reconocer conductas nocivas y dejar de romantizar ciertas prácticas que, años atrás, se consideraban parte de una relación. Hay una palabra que, en algunas ocasiones se banaliza y hasta se torna cool, pero que está muy lejos de serlo: “tóxico”. Por definición, tiene que ver con la exposición a algo dañino que puede tener consecuencias graves.

Si trasladamos este concepto a un vínculo, como el que puede darse dentro de una pareja, se puede definir como: “Aquellas relaciones que perjudican el bienestar de las personas que integran esa relación, este perjuicio o daño puede ser psicológico, físico, o bien, ambos. Hablamos de relaciones disfuncionales que afectan tanto las emociones como las conductas”, apunta la licenciada Mariana Verdiglione (MN 25720).

En cuanto a los rasgos típicos de un noviazgo tóxico, la especialista explica: “Existe una excesiva dependencia emocional, los celos que conducen al  control, y las diferentes expresiones de violencia” y sobre este punto, aclara: “Me refiero a la violencia en sentido amplio y en todas sus formas. Quiero destacar que no siempre la violencia es física, y que el maltrato en todas sus expresiones es violencia”.

¿Existe una edad más propensa a que se generen estos vínculos? “No creo que la edad sea un factor determinante. No obstante, la adolescencia es una etapa evolutiva caracterizada por  diferentes crisis de identidad, pertenencia, construcción de la personalidad, etc., en la que los jóvenes son más vulnerables e inestables. De ahí que pueda existir una mayor incidencia de este tipo de vínculo tóxico en esta etapa”, detalla la lic. Verdiglione. 

¿Qué conductas determinan la posible existencia de un vínculo enfermizo? “Creo que toda conducta que genere malestar en el otro es dañina. En este contexto una situación que tal vez nos resulte banal y que puede llegar a estar naturalizada (el celular o  mochila, o bien alguna pertenencia privada del otro) es una conducta tóxica, dado que es una manifestación de control, y que puede ir en crescendo. Quizás si alguien encuentra algo que no le gusta, puede aparecer el maltrato: un grito, un empujón o hasta una bofetada”.

¿Qué es conveniente hacer si lo detectamos? “Como padres debemos estar muy atentos, ya que por un lado, se presentan las características y conflictos propios de la adolescencia. Y a esto, quizás debamos sumarle los rasgos del vínculo tóxico que puede llegar a estar atravesando. Esto hace que muchas veces, los jóvenes no se inclinen a hablar abiertamente de su relación, y menos con sus padres”. 

¿Qué elementos le permiten al violento ejercer su dominación sobre la víctima? Para que puedan funcionar como tal, el victimario aísla a la víctima de su entorno tanto familiar y social, explica Verdiglione: “De modo tal que él sea el único al cual pueda recurrir: de ahí lo que les comentaba de la excesiva dependencia emocional en la relación”. 

La profesional explica que, la mayoría de las veces, la víctima tarda en pedir ayuda, ya que este tipo de relación le genera vergüenza y culpa, entonces no se siente animada a hablar.

Otro elemento que, en este sentido, puede jugar en contra, son los comportamientos que manifiesta hacia el afuera quienes portan este tipo de personalidad, ya que “son muy difíciles de detectar ya que para el afuera, en general son agradables, cariñosos, buenos amigos”.

Desde qué lugar y cómo se aborda esta problemática

En la actualidad, para abordar este tipo de conflictos, es fundamental el aporte de la coyuntura socio cultural: la toma de conciencia del problema, en toda su magnitud, es históricamente rupturista con el pasado. “Creo que debemos plantear la temática desde la perspectiva de género, ya que es transversal a todas las otras problemáticas”, explica Verdiglione y añade: “La perspectiva de género incide en la construcción de la personalidad de hombres y mujeres, ya que la masculinidad y la feminidad se presentan como los modelos  con los cuales nos identificamos. Es decir, nos identificamos con los sistemas simbólicos en los que estamos inmersos, tanto con los discursos como con las prácticas sociales. Al integrar y formar parte de una cultura patriarcal, donde el poder lo tiene el hombre resulta, en consecuencia -dentro de este contexto- que la violencia sea ejercida en mayor medida por el hombre (o la masculinidad ). Si  bien en estos últimos tiempos se ha tomado mayor conciencia de lo que significa ser “hombre” y “mujer”, y hemos avanzado en la lucha por la igualdad, el trasfondo sigue siendo parecido y se sigue legitimando el poder masculino. Aún existe mucho camino por recorrer”.

Como padres, si percibimos algunas de estas conductas, prestarles atención extra puede llegar a ser la diferencia: “Es vital estar muy atentos frente a los cambios en las conductas de nuestros hijos, es muy amplio y complejo el tema, pero siempre hay que intervenir. Tenemos que tener en cuenta que la primera reacción va a ser la negación y el rechazo”. 

Pese a los temores que nos pueda generar tomar conciencia de que nuestro hijo o hija corren un peligro potencial, debemos ejercer la paciencia y el autocontrol más que nunca: “La intervención debe ser desde el lado de la comprensión y contención, nunca de manera violenta, ya que esto confunde aún más a la víctima y la acerca a su victimario. Es difícil, no hay fórmulas mágicas, se trata de acercarse desde el amor, brindar confianza y ayuda de un profesional, obviamente, para que los guíe y oriente”. 

Esta es la segunda de las doce causas que Grupo Atlántida tratará este año en el marco de la campaña Principios 2021.

Te invitamos a ser parte de esta experiencia utilizando en las redes #Principios2021, #NiUnaMas2021.

Para denunciar violencia de género podés comunicarte de manera gratuita las 24 horas, los 365 días, a través de un llamado al 144, por WhatsApp al +5491127716463, por mail a [email protected] o descargando la app.

Más información en parati.com.ar

 

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