Es sabido lo buena que es la actividad física y todos los beneficios que le trae a nuestro cuerpo y neustra mente. Pero desde la ciencia se desconocía hasta acá la relación existente entre los ejercicios más ligeros, los más intensos o los más o menos aeróbicos. Para ahondar en este conocimiento, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston (EE. UU.) realizaron un gran estudio con más de 2.000 participantes, el mayor jamás hecho.
1- Mayor intensidad, mayores beneficios
El buen estado físico tiene una gran influencia en la salud y está asociado con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular. Publicado en el European Heart Journal, el estudio encontró que el entrenamiento intenso mejora el estado físico más que la actividad física ligera.
2- Cuantos más pasos por día, mejor
Por otro lado, además había incertidumbre acerca de si la cantidad de pasos dados por día (contados con contadores de pasos) realmente hacía alguna diferencia en la condición física. La conclusión es que sí lo hacen en todos los géneros, grupos de edad y condiciones de salud, lo que confirma que mantener la actividad durante todo el período el día es beneficioso para todos.
Utilizaron definiciones establecidas: caminar entre 60 y 99 pasos por minuto es un ejercicio ligero, caminar entre 100 y 129 pasos por minuto es moderado y por encima de 130 pasos por minuto es intenso.
3- Compensa el daño del sedentarismo
Quienes que dan más pasos por día que el promedio y que se ejercitan más intensamente durante un período corto también tienen un estado físico mejor que el promedio, independientemente del tiempo que hayan estado sentados. Aparentemente, es posible compensar el daño del sedentarismo a lo largo del día con un aumento de la actividad física y del ejercicio en otros momentos.
4- Aumenta el rendimiento físico
Los investigadores se dieron cuenta que el ejercicio más intenso promueve una mejora en el rendimiento durante la actividad máxima.
5- El cuerpo tiene "efecto memoria"
Cómo influyen los hábitos del pasado en relación con la salud física y el nivel de bienestar de una persona en el presente. “Descubrimos que los participantes con altas tasas de actividad al principio, pero bajos niveles de actividad unos 8 años después, tenían niveles equivalentes de aptitud física. Esto sugiere que quizás haya un ‘efecto memoria’ de actividades físicas pasadas que se reflejan en el actual índice de aptitud física”, dice Nayor en un artículo sobre la investigación publicado por la Universidad de Boston y el Foro Económico Mundial.
6- Antes que nada, hacer actividades ligeras es el camino
Matthew Nayor señala que si bien la conclusión es que las actividades más intensas son mejores para el acondicionamiento físico, esto no significa que las actividades ligeras sean innecesarias. “Nuestro estudio confirmó que la actividad ligera también mejora el estado físico. Y esto es especialmente importante para las personas mayores o para las personas que tienen condiciones médicas que les impiden realizar actividades más intensas”, dice en el artículo.
