En una esquina serena de Carrasco, Montevideo, donde la Rambla se deja sentir a pasos de distancia, Casa Otero florece como un proyecto que combina historia, transformación personal y la magia de creer en los procesos. En esta antigua casa de los años treinta, la calma se respira y el tiempo parece detenerse para permitir que florezcan las emociones, los sueños y el autoconocimiento.
Detrás de esta propuesta está Kari Bruno, actual alma mater del proyecto. “La idea de Casa Otero es poder encontrar calma y paz, conectando con la gratitud, con talleres que potencien la esencia humana… pero por sobre todas las cosas, a empezar a creer en el poder que tiene cada uno para vivir de una mejor manera el día a día”, explicó en una charla con Para Ti.
Aunque su recorrido comenzó en Argentina, como profesora de inglés y luego en el mundo de la publicidad, fue en Uruguay donde encontró su verdadero propósito. “En Argentina no lo había encontrado y no me imaginé que me hubiese sorprendido de esta forma a Uruguay… Encontré mi misión y es esto lo que me entusiasma, lo que me lleva todos los días a levantarme con pasión”, contó Bruno.

De un vacío, una oportunidad
El nacimiento de Casa Otero fue, en gran parte, una consecuencia inesperada. "Vi la oportunidad de readaptar el espacio de la planta alta y el resultado trajo grandes oportunidades de alianzas", recuerda. Lo que surgió como una necesidad, se transformó en oportunidad: “Se fueron dando las cosas… y aprendí que soy yo la que pone esa fe y esa confianza para que las cosas sucedan”.
Este proceso de transformación también implicó enfrentar desafíos importantes, especialmente económicos y emocionales. “Me dio la posibilidad de buscar y ser creativa con pocos recursos, de pensar desde el corazón”, compartió Kari, demostrando cómo las dificultades pueden ser motores de cambio.

Una casa viva que atrae lo auténtico
Casa Otero se ha convertido en un imán para quienes buscan un respiro del ruido cotidiano. “Mucha gente llega por buscar algo diferente, porque busca la calma, diferentes recursos… Me pasó con una chica cordobesa que me buscaba por Instagram sin saber bien qué buscaba. Entró a Casa Otero por intuición”, relató.
La autenticidad del espacio y de su anfitriona genera conexión inmediata. “Siento que mi misión es contagiar la sensación de que todos tenemos ese poder. La fuerza y las herramientas están adentro para confiar e ir por nuestros sueños”, afirmó. Y añadió: “Cuando empezás a confiar, las personas y los medios para realizar tus sueños aparecen”. Ya cuando entras a la casa te recibe el café de Öss KAFFE UY y las velas y fragancias de LLUM VELAS UY - ambas son marcas Argentinas que Karina representa en Uruguay -. El café y las fragancias llevan a conectar con una experiencia única potenciando los 5 sentidos. Se ha logrado una fusión muy atrapante que transporta al bienestar.

El futuro de Casa Otero
El proyecto nació en noviembre de 2024 y todavía está en su etapa inicial. Sin embargo, Kari ya visualiza su expansión: “Me gustaría tener una variedad de profesionales de diferentes rubros, que motiven desde adentro hacia afuera. Pero sobre todo, que se conozca la casa. El boca a boca recién está empezando”.

Con talleres y encuentros que acompañan el espíritu del lugar, Casa Otero se proyecta como un espacio vivo y dinámico. “Aunque sea tomar un café o regalarte diez minutos en este espacio, ya cambia tu día. Te reenfoca. Esa es la idea”, concluyó. Así, con corazón, intuición y gratitud, el lugar sigue construyendo su historia, una que no solo se sostiene en sus paredes antiguas, sino en cada vida que toca.