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Día de la Madre: la historia de Victoria Banzas, que decidió ser mamá sola y con el nacimiento de su hijo formó una familia monoparental de la que está orgullosa

Luego de varios intentos de parejas fallidos y tras la muerte de un gran amor, a los 35 años Victoria decidió congelar óvulos y, un tiempo después, hacer realidad el sueño de ser madre acudiendo a semen de banco. Con el nacimiento de Luca, que ya tiene un año y medio, formó la familia monoparental que deseaba.

Publicado por
Fabiana Polinelli

Victoria Banzas tenía 37 años cuando quedó embarazada de Luca, su primer hijo, que nació el 27 de febrero de 2020. Soltera y sin pareja, su camino hacia la maternidad no fue de a dos. Ella decidió formar una familia monoparental.

Luego de varias parejas fallidas y la muerte de un gran amor, Victoria decidió tener un hijo sola. El primer paso que dio, dos años antes de quedar embarazada, fue visitar a su doctor y consultar, ya que solía padecer miomas uterinos con frecuencia. "Yo venía de tener una consulta con un doctor que no me terminaba de convencer", dijo esta mamá que luego conoció al doctor Martín Attie, especialista en medicina reproductiva y Director de In Vitro Buenos Aires.

Victoria con Luca, su hijo. Foto de Victoria Banzas.

"Mi primera consulta con el Dr Attie fue para consultar cómo era el procedimiento para congelar óvulos, en ese momento yo tenía 35 años. Martin estuvo casi una hora conmigo y con mi hermana Lucía explicándonos cuál era la mejor opción para mi. Ese día me fuí con toda la información necesaria para evaluar mis opciones", dijo Victoria.

Victoria con su hermana, que la acompañó a hacerse la transferencia del embrión. Foto Victoria Banzas.

"Si no recuerdo mal a la semana ya estaba contactándome con el médico para iniciar el tratamiento. Todo fue muy fácil ya que estaba totalmente convencida de mi decisión y del profesional que estaba a cargo del procedimiento", continúa Victoria. "Le comunique a mi familia y amigos mi decisión y recibi muuuuucho amor y fuerza. Creo que sin ellos yo no hubiese podido", agregó.

Realizándose una ecografía en los últimos días del embarazo. Foto Victoria Banzas.

Banzas recuerda que un día su hermana le preguntó por qué no hacía directamente el procedimiento para quedar embarazada. "Y mi repuesta fue 'porque no estaba preparada para recibir un no quedaste'. Por lo que seguimos con la opción de congelar óvulos, salió todo de 10.
A los siete meses de haber congelado me volví a contactar con Martin para que me informe cómo era el procedimiento para llevar adelante la inseminación con donante, otra vez fui con mi hermana y se tomó todo su tiempo para contarnos todas las opciones", relató.

Con una amiga. Foto Victoria Banzas.

Y agregó: "Yo ya en ese momento me sentía con la fuerza necesaria para afrontar el tratamiento, y a la semana estaba otra vez inyectándome. La opción que tomé fue no usar mis óvulos congelados e intentar por primera vez con nuevos óvulos de una nueva extracción. Martín me había recomendado sacar nuevos y usar los congelados, pero respetó mi decisión".

Luca, posando como un modelo. Foto Victoria Banzas.

Victoria reveló que le extrajeron siete óvulos un lunes y para el viernes siguiente había quedado solo un embrión. "Me transfirieron ese único y esa noche le hablé a algo que estaba dentro mío y le prometí que si quedaba iba a amarlo con todo mi corazón; también le dije que iba a cometer errores pero que nunca dude que era inmensamente amado. A las semanas el análisis dio positivo".

Victoria con su bebé. Foto Victoria Banzas.

Y añadió: "Todo fue bien hasta casi el quinto mes que arranqué con contracciones tempranas. Me indicaron reposo y así fue. Pasaron los meses y Luca no se dio vuelta, estaba cual Buda, espaldas al mundo en mi panza. En los monitoreos salió que tenía ritmo basal cardíaco bajo (susto aparte), asi que con esas dos situaciones fuimos a cesárea, cosa que a mi me vino mejor porque estando sola me daba pánico el tema del trabajo de parto".

Luca jugando con una pelota. Foto Victoria Banzas.

Finalmente, el bebé nació en perfecto estado de salud. "Y acá estamos Luca y yo, viviendo está gran aventura gracias a Martín y a todo el equipo, desde la recepción hasta las chicas del quirófano que te dan amor y te transmiten tranquilidad", dijo esta feliz mamá.

Y completó: "Consejo: escuchen su cuerpo. Hay veces que no es el momento para hacer todo junto. Confiar en la decisión que se tomó y fundamentalmente entregarse al equipo medico que hayas elegido. Yo tenía como meta ser mamá y lo fui".

El pequeño ya tiene un año y medio. Foto Victoria Banzas

La visión del médico tratante

El Dr. Attie, especialista en medicina reproductiva, fue quien orientó y ayudó a Victoria a tener a su hijo. "Vicky tenía 34 o 35 años cuando consultó y como muchas mujeres en edad reproductiva que vienen a consultar, lo hacen porque se animan a romper el mandato de que ser mujer significa ser madre; ellas son casi la primera generación que se encuentran frente a este dilema. Vicky, con 35 años no estaba segura de cuándo ser mamá, me vino a consultar sobre cómo preservar la fertilidad, y de eso hablamos en la primera consulta. Ella decidió seguir adelante y congeló sus óvulos", comenzó explicando el médico.

Attie afirma que a los pocos meses, Victoria volvió al consultorio, ya que el hecho de congelar sus óvulos le había despertado las ganas de ser madre. "Así que al no tener pareja, quiso acceder al banco de semen. Le aconsejé repetir el tratamiento de estimulación, no usar los que ya teníamos congelados, y asi fue", relató el especialista.

Y agregó: "Con esos óvulos hicimos la fertilización in vitro con una muestra de semen de banco que ella eligió con las características que ella deseó. Y logramos el embarazo, quedaron embriones congelados de muy buena calidad, que le servirán si ella desea tener otro hijo".