El "ghosting" entre amigos existe: claves para entenderlo y evitarlo
 

El "ghosting" entre amigos existe: claves para entender por qué se produce y qué hacer para no padecerlo

El término ghosting, generalmente usado para relaciones de pareja, también abarca las de amistad que se cortan sin saber las causas. El Dr. Walter Ghedin explica los alcances de esta denominación.
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Es frecuente utilizar la palabra ghosting (del inglés “ghost”, que significa fantasma) en alusión a la conducta de desaparecer mientras se está formando un vínculo sexoafectivo. Una de las partes desaparece sin más, dejando en el que queda, bronca, desconcierto y culpa por creer que no se cuidó la relación o se dijo algo indebido que precipitó la huida.

Sin embargo, este término también abarca las relaciones de amistad que se cortan sin saber las causas, solo que uno de los miembros dejó de llamar o de responder mensajes. Cada vez es más frecuente esta respuesta vincular que deja muchas cosas por decir.

Causas del Ghosting de amigos

La psicología trata de explicar este fenómeno que siempre ocurrió, pero que en estos tiempos adquiere una dimensión mucho mayor, potenciada por la comunicación a través de las redes sociales y las relaciones lábiles o líquidas. También hay que tener en cuenta el valor que tiene la amistad, sobre todo en los países latinos, en particularidad Argentina.

Quien ghostea defiende sus razones, hasta considera que esa manera súbita de desaparecer fue la más acertada y que no había cuestiones que hablar o ya se había hablado lo suficiente. Y eso es lo que más duele, el vacío de comunicación, la impotencia que genera en la víctima de no haber tenido la oportunidad de saber las causas, de expresas emociones. En síntesis: el derecho a saber qué pasó.

Pérdida de interés en la relación

La esencia de la relación de amigos es la misma que la amorosa: la paridad. Las partes se comunican, transmiten emociones, comparten, sin que exista desigualdad vincular. Pueden existir diferencias de opiniones, económicas, de status social, sin embargo, la esencia debería seguir siendo la misma.

Por ejemplo: una persona puede tener más dinero o mejores trabajos, sin embargo, estas condiciones no deberían empañar la fuerza del vínculo de amistad. La pérdida de interés es en realidad la pérdida de la esencia, poniendo en valor las diferencias que hasta el momento estaban en un plano secundario.

Hay personas que se dejan llevar por la nueva condición social o tener conocimientos o ideologías que no puede compartir con las amistades de siempre, que sería un esfuerzo hablar y no ser comprendido, etc. Por lo general en estos casos el ghosteo es gradual: ya no se hablan como antes, es un duelo por goteo hasta que la relación se corta.

Influencia de terceros

Hay personas que se dejan influir por la opinión del otro, o bien por temor a que sus parejas los abandonen si se reúnen con los amigos. O por creer que el tiempo con los amigos le resta a la pareja, etc.

Por diferentes causas externas la persona corta amistades subestimando su criterio personal: se vuelven dependientes, cediendo lo mejor de sí para cumplir con las exigencias de la pareja (que muchas veces no son explícitas).

Susceptibilidad vincular

Las personas se comunican adaptando los contenidos y las formas según el contexto. Por lo general, en la amistad el lenguaje verbal y no verbal es más libre, basado en la confianza y en la libertad para decir las cosas.

Y como las palabras se dicen muchas veces sin filtro, es posible que alguna de ellas resuene mal, provocando enojo o angustia en el otro que escucha. Todo es posible, hasta la libertad para hablar lo que no gusta. En estos casos, la persona que ghostea actúa como si el otro hubiera dicho o hecho algo grave, su nivel de susceptibilidad está aumentado.

Rechazar y desconfirmar

Los desacuerdos en la comunicación son moneda corriente, como así lo son las infinitas maneras de acordar. En teoría de la comunicación se llama “rechazo” al desacuerdo que se produce cuando alguien dice algo de sí mismo, ejemplo: “Soy tímido”, y el otro lo rechaza y dice, por ejemplo, “Vos tímido, jamás”.

Es decir, se rechaza ese dato que emite el primero. En el mejor de los casos, este desacuerdo es un dato más, sin consecuencias; sin embargo, hay personas que sienten que el rechazo no es solo hacia ese dato “Soy tímido”, sino hacia toda la persona. Como si no estar de acuerdo con un dato, anulara a toda la toda la persona: “Es como si no viera lo que realmente soy”.

Uso de la justificación

Cuando se usan mecanismos de defensa, el psiquismo se protege de emociones, imágenes o reacciones que, en caso de ser conscientes, podrían provocar angustia o desconcierto en quien las vive.

Los mecanismos de defensa reprimen, niegan, proyectan o desplazan esas fuerzas negativas para que no nos enteremos de lo que pasa en nuestro interior. La justificación, más allá de ser usado como una excusa (en tal caso no es un mecanismo defensivo ya que se usa en forma voluntaria o consciente), ayuda a muchos a encontrar una vía de salida a los compromisos vinculares.

La persona siempre encuentra motivos para evitar un mensaje, una llamada, un encuentro. Que por trabajo, por cansancio, por la familia, por la pareja, por la vida misma, nunca aparece el momento para alimentar la amistad.

Uso de las redes sociales

Sin duda, las relaciones con algún tipo de responsabilidad (amistosas, de pareja, familiares, etc.) están sufriendo cambios por la influencia de las redes sociales. La amistad ha pasado a ser más un concepto que engloba una serie de pautas de compromiso más que un sentimiento fuerte que el tiempo refuerza.

Tener meros contactos en las redes se interpretan como amistades, esperando de ellas grados de compromiso que, por supuesto, no existen. Este tipo de vínculo lábil aumenta la demanda, los reclamos, la baja tolerancia a la frustración, la búsqueda de otros amigos que cumplan con lo que se espera de ellos. Y así se retroalimenta un circuito que lleva a la angustia y a la vivencia de fracaso.

La víctima de Ghosting

El impacto por la “huida” del amigo/a conlleva un sinnúmero de sentimientos en el otro, quien tratará de entender qué pasó y cuánta responsabilidad le cabe. Se llama "sesgo de negatividad" cuando, a la hora de valorar una situación, nos detenemos más los aspectos negativos que en los positivos.  

Este sesgo negativo ayuda al psiquismo a estar atento a todo lo adverso que podría afectar a la integridad humana y, si no hay nada que alarme, la mente se relaja y puede disfrutar y sentir alegría. La persona víctima de ghosting hará un repaso mental por sus conductas y las del otro; como una película que pasa y de pronto se frena en un fotograma sospechoso: “¿será por esa vez que dije que no me gustaba su reacción?”, “¿será que la miré mal y se enojó por eso?”, “¿habrá pensado que tal comentario era una insinuación al marido?

La mente, como un radar, tratará de encontrar la situación crítica. Sin embargo, la mayoría de las veces, no encontrará nada, solo desconcierto. Y la pregunta de siempre: "¿Por qué no me dio la oportunidad de saber?".

¿Qué hacer?

  • La amistad es una relación que, aún con sus diferencias y contrariedades debe mantener su esencia que es la paridad, es decir, la igualdad vincular. La unión está dada por el afecto y eso debe primar, superando los contrastes entre las personas que la componen.
  • Si se resiente el afecto de base cualquier desacuerdo será vivido como una afrenta personal.
  • La oportunidad para hablar y aclarar las situaciones conflictivas siempre debe existir, es parte fundamental de todo vínculo serio.
  • Si no se produce, uno de los dos no asume esa responsabilidad y falta al acuerdo que, aunque no se haya explicitado, está implícito apenas el lazo afectivo se establece.
  • Entender que si no se produce ese encuentro aclaratorio es imposible llegar a una verdad.
  • Cuando no existe un dato real como causa del ghosteo, es un esfuerzo en vano buscar en la conciencia la escena que provocó la separación.
  • No presuponer las posibles causas. Es frecuente que la víctima pierda tiempo creando y descartando escenarios posibles, esto aumenta la angustia y el desconcierto.
  • No hacerse autoreproches. De nada sirve buscar en uno mismo los motivos, siempre el sesgo de negatividad tratará de darle sentido a cosas que en realidad no sucedieron o en la realidad no tienen significado traumático.
  • No hablar lo sucedido con personas cercanas por el hecho de compartir la experiencia. No sirve buscar otras opiniones o puntos de vista para encontrar esa certeza que solo el encuentro cara a cara puede dar.

    Considerar que las relaciones de amistad son dinámicas, que para la continuidad ambas partes deben asumir la responsabilidad de nutrirla. Y no solo es la dedicación y el tiempo (hay vínculos que se mantienen sólidos a la distancia o con pocos contactos), es el sentimiento de amistad el que debe perdurar.

    Por el Dr. Walter Ghedín, psiquiatra y sexólogo.

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