A los 44 años Julieta Bal está atravesando un gran momento de su vida. Hija de Santiago Bal y de Silvia Pérez, Julieta se ahora facilitadora en Constelaciones Familiares, arte que le ha permitido revincularse con su papá aún después de la muerte del querido actor que falleció en 2019.
Para entender qué son las Constelaciones Familiares, Para Ti habló con la hermana mayor de Federico Bal. "Las Constelaciones Familiares son una filosofía de vida, una práctica espiritual de orden y sanación", comenzó explicando.
"Esta herramienta fue creada por Bert Hellinger para devolverle el orden perdido al alma personal y familiar. ¿Y por qué se pierde el orden? Porque en el alma, amamos tanto a nuestros padres y a nuestros ancestros, aunque quizás no tengamos entera consciencia de ello, que de forma no consciente solemos implicarnos con algún ancestro, y tomamos sus penas, sus dolores, sus traumas; y los vivimos como propios. De esta manera, ilusoriamente, creemos que podremos salvarlos de sus difíciles destinos. Entonces el orden se empieza a alterar", agregó.
"Una herramienta sagrada"
"También sucede que detrás de un desorden, siempre hay, lo que Hellinger llamó 'un excluido'. En todo sistema familiar, siempre hay alguien o algún suceso, que fue excluido, que fue dejado de nombrar, que fue corrido del corazón; por miedo, por vergüenza, por dolor, por varios motivos. Y el alma solo está en paz cuando todos y cada uno de los que pertenecen tienen su lugar en el sistema familiar", continuó.
Julieta se refirió a las Constelaciones Familiares como una "herramienta sagrada y espiritual", que nos "invita a ampliar la mirada, a correr los velos de ilusión que nos creamos con la mente, a inclinarnos ante lo más grande y a hacerle lugar a lo que realmente en esencia es".
"Las Constelaciones nos muestran dónde quedó interrumpido el amor, cuál es el origen de nuestro sufrimiento, y dónde hubo una desconexión que hoy se está reeditando en alguna relación o situación", agregó.
Una filosofía de vida
"Creo que pueden ser una herramienta de ayuda en la medida que uno así lo decida", dijo Julieta Bal con respecto a las Constelaciones. "Creo en todo lo que uno cree. Este es un camino y un recorrido espiritual que quizás a algunos les lleve un tiempo, a otros toda la vida, y otros quizás no se inclinen por este camino en esta encarnación", añadió.
Y agregó: "Lo cierto es que esta filosofía de vida, nos pide estar presentes, en el vacío, en sintonía y en concordancia con lo más grande que a todos nos mueve y con la certeza de que al ser una práctica sistémica, el orden que uno alcanza nos alcanza a todos. Todo lo que en el alma personal se empieza a ordenar, por resonancia ordena a los que llegaron antes también. Y si el otro así lo decide, también podrá hacer algo con el orden alcanzado. Constelar es dejarle a nuestros descendientes una vida más ordenada, plena y feliz. Ya que todos los desórdenes responden a implicancias con nuestros ancestros".
La experiencia de Julieta Bal con las Constelaciones
"Empecé la formación en Constelaciones Familiares en el 2020 y me recibí este año, desde el cual estoy ejerciendo dando talleres grupales presenciales y atiendo también sesiones individuales de manera online", reveló Juleta.
La actriz contó que hace 10 años que conoce esta herramienta y que asiste a talleres. "Pero en el año 2019 se hizo muy latente en mí la necesidad de estudiarlo. No sabía al comenzar que quería dedicar mi vida a esto ni cómo iría conquistando a mi alma este trabajo. Pasado el primer año de la formación, me di cuenta cual era mi camino. Ese que venía buscando hacía ya tanto tiempo", contó.
"Al fin parecía llegar a descubrir a qué vine a este mundo. Todos venimos a hacer servicio. Solo que yo no sabía cuál era el mío", agregó.
Luego se refirió a la muerte de Santiago, su papá. "Para finales del año 2019, mi padre, con quien tuve toda la vida una relación muy conflictiva, parte de este plano. Y antes de que eso sucediera, tuve el milagro divino de tener una última conversación con él dónde sin saber conceptos teóricos ni esenciales de las Constelaciones, le dije que había ido a visitarlo para 'tomar su amor'. Desde esta mirada, tomar el amor de los padres es el punto de partida para toda sanación. Es el portal que nos abre las puertas de la vida. Y ese día, me tocó hacer las dos cosas a la vez: tomar el amor de mi padre y dejarlo ir", reveló.
Julieta dijo que esa fue "una de las experiencias más conmovedoras" de su vida. "Las Constelaciones traspasan la vida y la muerte. Trata de la vida y la muerte", continuó. "Las Constelaciones me revelaron que mi padre no había sido el padre ausente y abandónico que yo había creído toda mi vida y por lo cual me la había pasado sufriendo y enojada con el mundo. Mi padre había sido un padre no disponible. Por sus propias implicancias y lealtades", expresó.
Y agregó: "A veces vemos a nuestros padres solo en un recorte de sus vidas. Pero cuando ampliamos ese recorte, los vemos en su totalidad. Resignificar mi historia de vida, me cambió la vida literalmente". Y concluyó: "Hoy siento a mi padre y a mi madre más cerca que nunca y los honro y los llevo en mi corazón por y para siempre. Y como dijo Hellinger, 'nadie puede dar lo que antes no tomó'".
Julieta es Facilitadora en Constelaciones Familiares. Certificada en Centro Athy. IG @constelacionesjb
