Un tema más de la Realeza que sale a la luz tras la muerte de la reina Isabel II y tiene que ver con algo que la monarca cumplía (y hacía cumplir) a la perfección: el protocolo. Cada figura, claro, tiene su propia historia y esto es lo que le corresponde a Kate Middleton, quien pasó de ser la duquesa de Cambridge a ser la princesa de Gales.
Te contamos algunas curiosas concesiones que la esposa del príncipe William debió hacer al adquirir el estatus de miembro de la realeza.
1- No puede firmar autógrafos
Puede saludar a todas las personas que quiera, recibir flores, sostener niños e incluso sacarse fotos, pero no puede firmar ningún autógrafo.
Según las reglas y el protocolo de la corona, la princesa de Gales no puede firmar documentos que no sean documentos oficiales y que previamente hayan pasado por la autorización del Rey.
2- No puede trabajar
Antes de que se casara con William (el actual príncipe de Gales), Kate trabajó durante un tiempo en la empresa de su familia, en la cual entregaba mercadería y organizaba eventos. Ella tenía el deseo de desarrollar una carrera diplomática, pero luego del casamiento, no tiene permitido trabajar en organizaciones privadas o ajenas a la Corona, por eso hace visitas y encabeza diferentes actividades en diferentes organizaciones benéficas.
3- No puede votar
Al igual que ningún miembro de la Familia Real, Kate Middleton no puede votar o presentarse como candidata para un rol político. La función de los miembros de la Realeza es mantener una postura neutra que no perjudique la reputación de la familia. Vale aclarar que la regla es un consenso establecido entre ellos, porque no existe de por sí una ley que les impida ejercer el voto.
4- Debe estar siempre dos pasos atrás de William
Esta regla no tiene demasiado que ver con la vida cotidiana de cualquier persona que no pertenezca a la realeza, pero -sin dudas- marca una jerarquización, algo tan común dentro de este mundo.
Y tiene que ver con demostrar respeto por las tradiciones: Kate Middleton debe mostrarse dos pasos por detrás de su marido, el príncipe William, en compromisos públicos oficiales. Incluso siendo princesa de Gales debe saludar a las personas después de que lo haya hecho él, salvo que él la autorice a saludar primero.
