En las últimas horas, comenzó a circular el testamento escrito por el Papa Francisco donde brindó indicaciones de cómo quería ser velado y sepultado. Sin embargo, en sus últimas palabras, el Santo Padre se refirió también a las enfermedades que lo atravesaron en su etapa final y de cómo las vivió en carne propia.
"Pido que mis restos mortales descansen esperando el día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor. Deseo que mi último viaje terrenal concluya precisamente en este antiquísimo santuario mariano, al que acudía para rezar al comienzo y al final de cada viaje apostólico", destaca en el comienzo de su carta.
Allí, dio indicaciones de cómo quería específicamente que sea su féretro. "Pido que mi tumba sea preparada en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal, como se indica en el anexo adjunto. El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoraciones especiales y con la única inscripción: Franciscus".

Sobre el final, se sinceró sobre su estado de salud el cual había empeorado en los últimos años. "Que el Señor dé la merecida recompensa a quienes me han querido y seguirán rezando por mí. El sufrimiento que se ha hecho presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos", expresó.
También hace referencia al tema de los gastos para la preparación del entierro que se cubrirán utilizando dinero dispuesto en un fondo por el papa Francisco. Este monto se trasferirá a la Basílica Papal de Santa María la Mayor, donde descansarán sus restos. Vale destacar que el funeral será el próximo 26 de abril a las 10 horas en la Plaza de San Pedro mientras que mañana 23, será trasladado a la basílica vaticana.

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