Qué pasa cuando muere el Papa
 

Qué pasa cuando muere el Papa

Qué pasa cuando muere el Papa
Tras la muerte del papa Francisco, el Vaticano atraviesa el período conocido como "Sede Vacante". Mientras se espera la elección de su sucesor en el Cónclave 2025, se siguen los protocolos establecidos por la Iglesia, muchos de los cuales fueron simplificados por el propio Francisco en vida. Con su partida, se despide también un pontífice que eligió vivir con humildad, rompiendo tradiciones incluso en sus exequias.
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Murió el papa Francisco. Una noticia que conmocionó al mundo. Que conmueve y que lo sigue conmoviendo, con las decenas de miles de muestras de afecto y mensajes a modo de despedida detrás de un Sumo Pontífice que hizo, en vida, algo que le pidió hacer al mundo desde sus primeros momentos como Papa: lío. Y vaya que lo hizo.

el papa francisco tomando mate
El papa Francisco tomando mate

Mientras muchos pensamientos giran en torno de quién ocupará su lugar, en el Vaticano (donde siguen existiendo todo tipo de protocolos, aunque algunos menos que antes de la llegada de Francisco), hay cuestiones que resolver, tareas que cumplir, dado el estado acéfalo que tiene, en estos días, la Institución.

Cabe destacar que, a partir de la muerte del Papa, el Vaticano entró en un tiempo que se denomina "Sede Vacante", lo que significa que no hay Papa. Para elegir al nuevo Papa hay que esperar al Cónclave 2025, en el que se definirá quién es el sucesor.

Qué pasa ahora tras la muerte del Papa: quién queda a cargo

Las funciones oficiales quedan a cargo del camarlengo o chambelán del Papa, cargo actualmente ocupado por el cardenal irlandés-estadounidense Kevin Farrell.

Él es quien confirma oficialmente el fallecimiento, con un médico y un certificado de defunción. No se realiza autopsia.

papa Francisco
El papa Fracisco

Este lunes, a las 20:00 hora local, se realizaron los ritos de leer la constancia del fallecimiento y la colocación del cuerpo del papa Francisco en un féretro. Estos actos fueron validados por Farrell, según informó el Vaticano.

También le correspondió al camarlengo cerrar y sellar la residencia personal del Papa.

Francisco no vivía en un apartamento del Gran Palacio Apostólico, sino en una suite en la casa de huéspedes de Santa Marta del Vaticano.

Farrell también tiene la responsabilidad de destruir el anillo y el sello de plomo del Papa, que se utilizan para autenticar documentos oficiales, para que nadie más los pueda usar.

Él y un equipo de tres cardenales asistentes establecieron el calendario de duelo por el Papa Francisco, incluyendo la fecha del funeral y del entierro.

El período de duelo suele durar nueve días, y las normas eclesiásticas establecen que estos actos deben comenzar entre el cuarto y el sexto día después del fallecimiento del Papa.

Farrell y su equipo también deciden cuándo se traslada el cuerpo del Papa a la Basílica de San Pedro antes del entierro para que el público pueda presentar sus respetos.

El Vaticano informó que este traslado tendrá lugar el miércoles por la mañana y el funeral el sábado por la mañana.

Francisco y su última decisión como Papa: modificó el ritual de su propio funeral

Durante su papado, Francisco rompió con varios moldes. Algunos adjetivos que lo caracterizaron hasta el final de sus días fueron "humildad" y "sencillez". Y no fueron solamente palabras, lo demostró con hechos desde el primer momento en el que se tuvo que poner bajo la piel del Sumo Pontífice, algo que hizo a su modo.

Aquel 13 de marzo de 2013, el mundo católico asistía a una imagen poco habitual: un hombre sencillo, con una sotana blanca sin la tradicional capa roja y con la misma cruz de plata que había llevado como arzobispo de Buenos Aires.

Quizás suponiendo que no quería para sí mismo los lujos con los que se acostumbraba homenajear de manera póstuma a los pontífices fallecidos, el papa Francisco simplificó en noviembre de 2024 el ritual de los funerales pontificios.

El papa Francisco en su última celebración de Pascua
El papa Francisco en su última celebración de Pascua

Ya a fines de 2023, cuando su estado de salud comenzaba a generar creciente preocupación entre fieles y observadores, Francisco abordó con naturalidad el tema de su muerte en una entrevista concedida a la periodista mexicana Valentina Alazraki.

Durante esa conversación, reveló dos aspectos significativos: su deseo de descansar en la Basílica de Santa María la Mayor -y no en San Pedro, como sus predecesores inmediatos- y su decisión de modificar el ritual fúnebre reservado a los pontífices.

"Ya está preparado el lugar", había confesado entonces. Esta basílica, una de las cuatro papales de Roma, alberga el ícono bizantino de la Virgen Salus Populi Romani, a quien Jorge Bergoglio manifestó una profunda devoción. "Es mi gran devoción. Y antes, ya cuando venía, siempre iba ahí el domingo en la mañana que estaba en Roma, me iba un rato allí. Sí, hay una ligazón muy grande", explicó.

Pero fue en esa misma entrevista cuando sorprendió con otro anuncio: "Lo simplificamos bastante", dijo sobre el ritual de los funerales papales. "El ritual lo estreno yo", agregó, con su característico tono humorístico. 

Apenas meses después, el 20 de noviembre de 2024, el Vaticano publicó oficialmente la nueva edición del libro litúrgico que regula las exequias del Sumo Pontífice, ahora modificadas bajo los lineamientos de la Constitución Prædicate Evangelium promulgada en marzo de 2022.

Esto significa, entre otras cosas, eliminar la tradición de los tres ataúdes, el catafalco, el báculo papal o los tratamientos más allá de obispo y Papa.

Francisco, que recibió el primer ejemplar del volumen impreso el 4 de noviembre de 2024, aprobó su publicación el 29 de abril de 2024.

Pidió simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de las exequias del Obispo de Roma "expresara mejor la fe de la Iglesia en Cristo resucitado”.

En concreto, el deseo de Bergoglio era que el nuevo rito subrayara “aún más que el funeral del Romano Pontífice es el de un pastor y discípulo de Cristo y no el de un poderoso hombre de este mundo”.

Anteriormente, el cuerpo del Papa se trasladaba a la capilla del Palacio Apostólico, ya que allí residía el pontífice, pero Francisco vive en la residencia de la Casa Santa Marta, por lo que se eliminó este paso.

En este contexto, Francisco pidió un ataúd sencillo de madera con revestimiento de zinc, renunciando a los tres cofres tradicionales.

Por otro lado, siguiendo con los lineamientos de su reforma, no será sepultado en los jardines del Vaticano, sino en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma. “El obispo de Roma es un pastor y un discípulo, no un hombre poderoso de este mundo”, dejó escrito.

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