"Estoy llorando, esto significa mucho para mí”, comenzó, emocionada, su discurso Nicole Kidman (50) el domingo 21 de enero, luego de recibir el premio SAG Awards 2018 por su personaje en Big Little Lies (serie con la que ya ganó un Emmy, el Globo de Oro y el galardón de Critics’ Choice el 12 de enero pasado).
“Recibir esta estatuilla en esta etapa de mi vida y en este momento de la industria, con todo lo que está pasando, es muy importante”, dijo Kidman en referencia al movimiento #TimesUp que está tomando cada vez más fuerza en Hollywood con mujeres que se animan a alzar la voz frente a los acosos que sufren a diario. Luego agradeció a sus compañeras de terna –Reese Witherspoon y Laura Dern, ambas integrantes del elenco de Big Little Lies– y a dos grandes actrices a las que Kidman confesó que admira mucho: Susan Sarandon (71) y Jessica Lange (68). Y por ellas destacó: “Quiero reconocer a todas las actrices en esta categoría y agradecerles a aquellas que abrieron caminos con sus trabajos. Qué maravilloso es que nuestras carreras hoy en día puedan superar los 40 años. Hemos demostrado –y estamos demostrando– que somos potentes, poderosas y viables. Hace 20 años, a esta altura muchas estaríamos acabadas”, concluyó la actriz y todos los presentes en el auditorio de Los Ángeles la aplaudieron de pie. Fue, sin duda, uno de los discursos más conmovedores de la noche.
LAS MUJERES PRIMERO. Muy pronto tendremos la oportunidad de disfrutar de Nicole en la gran pantalla ya que el 1° de febrero se estrena en nuestro país la película que protagoniza junto a Colin Farrell: El sacrificio del ciervo sagrado, del director Yorgos Lanthimos. “Vi el film con mi marido y el salió muy perturbado. Llegamos a casa y seguía haciéndome preguntas sobre la historia porque es una película que te deja con dudas y genera debate. Es tortuosa e incómoda… ¡Todo eso me resulta fascinante! Quería trabajar con Yorgos porque es un director provocador y arriesgado y no me decepcionó en nada”, asegura la actriz.
Sobre la experiencia de actuar con el galán irlandés, Nicole fue muy clara: “Colin es una persona muy abierta y positiva. Sentí que estábamos en la misma sintonía”.
Hace un tiempo, Nicole dijo que sentía que había muy pocas directoras en Hollywood y que tenía ganas de evaluar proyectos escritos y dirigidos por mujeres en los próximos meses: “Las mujeres tienen su lugar en la industria de Hollywood, pero hay que seguir luchando: aún no contamos con la cantidad suficiente de directoras. Pienso abocarme a esta tarea en los próximos meses.”
DE AMOR Y DE SOMBRAS. Nicole Kidman llegó al Shrine Auditorium de Los Angeles, donde se entregaron los SAG Awards 2018, acompañada por su marido, el cantante Keith Urban (50). La pareja –que se conoció durante una cena ofrecida en Los Ángeles para personalidades australianas– sigue tan unida y sólida como en marzo de 2006 cuando formalizaron la relación. Dicen que en aquel momento Nicole le contó a una amiga que había conocido a un hombre decente, cariñoso, increíblemente listo, sensible y sexy, y ahora lo confirmó entre risas, agregando: “Todo lo que dije es cierto, Keith tiene un equipaje completo”. Tal vez por eso la actriz no dudó en casarse con su nuevo amor el 25 de junio de 2006, ¡tres meses después de haberlo conocido!
“Soy espontánea. Me arriesgo. Me gusta casarme y luego empezar a conocer más profundamente a mi pareja. Sé que suena increíblemente extraño, pero para mí es un proceso más natural”, explicó en ese momento. Sin embargo, no todas son rosas en la historia de amor de esta pareja: a cuatro meses de casarse, el músico decidió ingresar en un centro de desintoxicación por su problema de drogas y alcohol. Allí pasó tres meses incomunicado, cerrando heridas, y la actriz se mantuvo siempre firme a su lado. Cuando terminó el tratamiento dio una nota para la revista Rolling Stone y confesó: “Cuando conocí a Nicole volví a nacer. Por primera vez en mi vida sentí que de verdad podía deshacerme de los grilletes de la adicción sin recaer constantemente”. Nicole, por su parte, invitada al programa de Oprah Winfrey, dijo: “Los problemas de Keith me quedaron muy grandes. Es difícil aceptar que no puedes cuidar a alguien que quieres. Que solo él puede salvarse. Llega un momento en el que tienes que decir: ‘Te amo y voy a estar aquí cuando decidas hacer tu trabajo… pero tienes que hacerlo tú’. Y si no lo hace, eso es todo”. Por suerte Keith captó el ultimátum y logró recuperarse de sus adicciones.
Textos: JULIANA FERRINI Fotos: FOTONOTICIAS
