Por qué la boda real de Meghan Markle y el príncipe Harry fue poco convencional - Revista Para Ti
 

Por qué la boda real de Meghan Markle y el príncipe Harry fue poco convencional

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El principe Harry y Meghan Markle se conviriteron en los Duques de Sussex
Viva los novios ! El príncipe Harry y Meghan Markle se conviriteron en los Duques de Sussex

El príncipe Harry, sexto en la línea de sucesión de la corona británica, se casó pasadas las 12.30 (8.30 de Argentina) con la actriz estadounidense Meghan Markle en la Capilla de St. George en el Castillo de Windsor, en cuyos alrededores había decenas de miles de personas que siguieron la ceremonia a través de pantallas gigantes.

Meghan llegó al altar de la mano del príncipe Carlos, debido a la ausencia de su padre, Thomas Markle, por razones de salud. La única presente de la familia de Meghan fue su mamá, Doria Ragland.

Doria Raglan, la mamá de Meghan, el príncipe Carlos y Camila dejan la iglesia.
Doria Raglan, la mamá de Meghan, el príncipe Carlos y Camila dejan la iglesia.

Lo primero que llamó la atención de los ahora Duques de Sussex fue la cara del menor de los hijos de Diana, quien mostró una gran sonrisa cuando vio entrar a Meghan a la iglesia, pero no sólo eso, sino que cuando la tuvo a su lado, le dijo: “Te ves increíble, soy muy afortunado”.

Ofició la boda el reverendo David Conner, decano de Windsor, aunque antes brindó un encendido discurso el obispo afroamericano Michael Bruce Curry, de la Iglesia Episcopal de Estados Unidos, quien habló de la pareja y “del poder del amor”.

Fue un discurso poco convencional para una boda real. No sólo habló de amor, sino de comprensión entre seres humanos. Y recordó a Martin Luther King, fiel defensor de los Derechos Humanos y Civiles.

Tras las palabras de Curry, el coro de gospel The Kingdom Choir interpretó una versión del clásico Stand by me, que en 1961 cantó por primera vez el norteamericano Benjamin E. King.

La pareja dio el “sí” frente al altar, intercambiaron los anillos y Conner los proclamó marido y mujer. “Lo que ha unido Dios nadie podrá separarlo”, cerró el reverendo ante unos 600 invitados.

Otro guiño de igualdad, Meghan le coloca la alianza a Harry
Otro guiño de igualdad, Meghan le coloca la alianza a Harry

¿Un dato? Siguiendo la tradición que comenzó Diana de Gales, misma que continuó Kate Middleton, Meghan no juró obediencia al príncipe Harry.  Además, este llevará alianza. Tras la ceremonia, la pareja participó de una procesión de carruajes y saludó a los asistentes a la pequeña localidad de Windsor, ubicada a 34 kilómetros de Londres.

Al final del paseo, de una media hora, empezó la parte privada de la boda, con un almuerzo ofrecido por Isabel II en el castillo de Windsor y una fiesta de noche en la mansión Frogmore, gentileza del padre del novio, el príncipe Carlos de Gales.

La princesa Meghan y el príncipe Harry, recién casados.
La princesa Meghan y el príncipe Harry, recién casados.

100% MINIMALISTA. Hubo varios rumores sobre quien sería el diseñador del vestido de Meghan. Se barajaron nombres como Erdem, Roland Mouret, Burberry o Ralph & Russo, y finalmente eligió un diseño de Givenchy, cuya directora artística es la inglesa Clare Waight Keller.

Elaborado en cadi de seda y de color blanco, lo más llamativo del vestido fue su sencillez. El escote barco dejaba al descubierto ligeramente los hombros y desde él las líneas se extendían hasta la parte posterior, que dibujaba pliegues suaves gracias a la enagua de organza de seda.

El velo recordó mucho al de Diana de Gales. De cinco metros de largo y confeccionado con tul de seda, contaba con bordados florales. Markle hizo una referencia a los 53 países que configuran la Commonwealth.

Para ello investigó junto a la diseñadora Waight Keller en la flora de estos territorios para poder elegir una flor por país y configurar una suerte de guía botánica que ha sido bordada a mano en el delicado tul.

El extenso velo con bordado floral
El extenso velo con bordado floral

A esas 53 flores, Meghan Markle añadió dos más: la flor de macasar, que crece en los terrenos del Palacio de Kensington frente a Nottingham Cottage, y la amapola californiana, la flor del Estado donde nació ella. En la parte delantera del velo, dos espigas de trigo simbolizan la caridad y el amor.

¿La tiara? Markle decidió remontarse 125 años atrás en la monarquía británica y eligió la tiara de filigrana de la reina Mary de Teck, una pieza que no había sido utilizada públicamente desde que murió la abuela de Isabel II, en 1953.

La exactriz estadounidense Meghan Markle llevaba un vestido de novia de color blanco creado por la diseñadora británica Clare Waight Keller, directora artística de la casa de alta costura francesa Givenchy.
La exactriz estadounidense Meghan Markle llevaba una tiara de filigrana de la reina Mary de Teck

Al abandonar el Castillo de Windsor, Markle realizó un cambio de vestuario. Lució un diseño blanco de Stella McCartney hecho en crêpe de seda y con un poco de cola. El diseño se destacó por su escote halter que dejaba la espalda al descubierto.

Los duques de Sussex saliendo del Castillo de Windsor camino a una recepción en la mansión Frogmore
Los duques de Sussex saliendo del Castillo de Windsor camino a una recepción en la mansión Frogmore

PALABRA DE EXPERTOS. “El vestido de Meghan fue una decisión acertada ya que va más a tono con su estilo, además no se trata de la boda del futuro rey. En ambos vestidos los escotes eran altos en el frente y para el de la celebración mostró un poco más de piel. Se veía parecido al de la boda de Audrey Hepburn en la parte superior y un poco al de Máxima Zorreguieta, por su discreción. Se trata de minimalismo elegante, no es una versión acartonada de la realeza que tenemos de antes”, afirmó Laura Malpeli de Jordaan, asesora de imagen y fundadora de la web Styletto.

En tanto, el diseñador Benito Fernández aseguró: “El primer vestido sorprendió en la elección de la marca. Creo que gustó mucho por ser al cuerpo y eso fue diferenciador en cuanto a los trajes de la realeza. Y el segundo estaba bien, pero le faltó jugarse con algo más elaborado”.

El peinado estuvo a cargo de Serge Normant y el maquillaje, de Daniel Martin. Se mantuvo fiel a su estilo, sin excesos, y muy sutil. “El pelo estaba correcto, recogido típico de novia, y el maquillaje muy natural, prácticamente sin base, se veían sus pecas. Creo que le faltó algo al make up, pasaba de natural a demasiado informal. Pero la piel y la sonrisa de ella son espectaculares”, sostuvo la make up artist Analisa Maculan.

En cuanto a los invitados, Kate Middleton llevó un diseño de McQueen color amarillo claro que ya usó en otras ocasiones.“Como todo el mundo tenía los ojos en la novia, me pareció buena la elección de Kate porque no buscó opacarla”, reveló Malpeli de Jordaan.

Y remató: “No se cumplió el protocolo a rajatabla: Meghan caminó unos pasos sola en la capilla, no realizaron la típica torta inglesa, no quisieron regalos sino que el dinero fuera destinado a donaciones... Hubo algunas cuestiones que hicieron que la boda fuera distinta”.

Sin duda, una boda diferente, incluso con sol a pleno, algo que no suele verse con mucha frecuencia en Inglaterra.

Texto: Valeria Mariño

Más información en parati.com.ar

   

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