Qué es de la vida de Pancho Dotto: se retiró, vive en un campo de Entre Ríos y quiere volver a enamorarse – Revista Para Ti
 

Qué es de la vida de Pancho Dotto: se retiró, vive en un campo de Entre Ríos y quiere volver a enamorarse

El legendario manager de modelos se alejó del caos de Buenos Aires para comenzar una nueva vida en un pueblo de Entre Ríos. Un presente entre la tranquilidad del lugar y la soledad con la que dese terminar conociendo a una nueva persona que le alegre sus días. 
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La vida de Luis Francisco Dotto, "Pancho" para todos, estuvo dominada por las luces de los flashes de los desfiles y la vorágine de todo lo que significaba acompañar en su carrera profesional a las modelos que en el comienzo del milenio era unas simples jóvenes y hoy son todo un emblema. Buenos Aires, Punta del Este y Pinamar eran esos destinos por los que todos los veranos iba turnando su presencia, aunque su foco siempre estaba puesto en la costa del vecino país. Lejos de todo eso, retirado, hoy tiene un presente de absoluta tranquilidad y relajación.

Desde hace 20 años tiene una imponente chacra en Entre Ríos a la que llamó “El Refugio” que se encuentra emplazada en un predio de cuatro hectáreas en donde la naturaleza es la gran protagonista. De esa forma, el mánager pasa sus días entre caballos, ovejas y gallinas con las que se distrae en medio de una vida totalmente alejada de la locura porteña. En una entrevista que dio hace poco tiempo para La Nación, dijo que vivir en este lugar le cambió la vida.

"El Refugio" es su lugar en el mundo.

No es para menos: ya no piensa en instalarse nuevamente en la Ciudad de Buenos Aires. “Tengo la casa de mis sueños, pero la voy a vender. No quiero volver porque acá estoy muy bien… Ahora tengo la vida de mis sueños, cerca de la naturaleza. Mientras te hablo estoy tomando mate, descalzo y caminando por el pasto. Esto no lo cambio por nada”, definió el empresario.

De la preocupación por la cuarentena a un cambio físico clave

Pancho Dotto contó que los primeros meses de la cuarentena del año pasado le generaron una incertidumbre sin precedentes. “Me hacía mucha mala sangre por lo que estábamos viviendo, y me la pasaba enganchado a los noticieros porque sentía que tenía que estar informado y saber lo que pasaba en la Argentina y el mundo”, contó. Eso ocurría en lo que fueron sus últimos días en la gran ciudad, hasta que la decisión de irse definitivamente a Libertador General San Martín se materializó.

Esta acción fue la que terminó cambiando su presente. Es que no solamente implicó cambiar de casa, sino de estilo de vida. En ese lugar pudo reconectarse verdaderamente con su interior y así lo refleja en las redes sociales mostrando como se entretiene tanto con las tardes de invierno como en los días soleados de verano en la pileta. Como yapa, también evidenció una mejora en su salud al bajar 16 kilos en los últimos meses a fuerza de entrenamiento y una nueva dieta.

Siempre se muestra alegre en sus redes sociales.

En octubre del año pasado se encontró con el médico deportólogo Marcelo San Martín y comenzó un tratamiento para adelgazar. “Me siento súper liviano y vital. Le pedí que no me hiciera una dieta complicada porque yo no cocino ni un huevo frito. Igual, lo solucionamos con unas viandas para el almuerzo y la cena (con carne, pescado, verduras) y después a la mañana y a la tarde como yogur descremado, granola y frutas”, reveló.

Los días de Pancho Dotto en el campo

El empresario se encarga de todos los detalles de la chacra ya que no tiene más a sus históricos caseros. Si bien no puede hacer tareas pesadas, se encarga de supervisar todo: en el último tiempo estuvo haciendo remodelaciones que consistieron en el cambio del alambrado perimetral y el armado de un resto bar en la antigua casa de los caseros.

Es de esos que hace las compras en el pueblo, que queda a un kilómetro de su propiedad, y también aprovecha para recibir invitados ahora que la reapertura de las restricciones lo permites. ¡Es un gran anfitrión! Luego de ocuparse de las tareas del hogar, hace lo propio con su cuerpo y mente. Todos los días destina una hora para hacer ejercicios de elongación, posturales y abdominales.  

Su chacra está emplazada en un terreno de cuatro hectáreas.

La vida personal tiene una asignatura pendiente

El silencio del campo seguramente por momentos le pesa. “De corregir algo, hubiese hecho una vida más razonable y hoy en vez de dormir con mi perro Crack estaría acompañado por una mujer”, reveló a principios de este año.

“Me gustaría enamorarme. Recuperé la vitalidad de sentir que puedo con todo. Porque muchas veces la gente a determinada edad se va abandonando, pensando que el tiempo ya le pasó… ¡pero sólo pasa cuando uno muere! Y quiero morirme joven lo más viejo posible”, confesó.

Más información en parati.com.ar

 

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