Categorias: News

Analía Franchín habló por primera vez de Sandra y Marisa, sus hermanas: fueron taxistas, tienen problemas psiquiátricos y ella se convirtió en sostén de las dos

Admite que no es simple estar a cargo de su mamá, sus dos hermanas y sus sobrinos pero asegura que lo hace con total compromiso y empatía. "Logré superar muchos obstáculos, formar mi propia familia, tener una vida sana y estable. Me siento una ganadora de la vida", asegura con total determinación. 

Publicado por
Juliana Ferrini

Aunque no fue la ganadora de Masterchef Celebrity, Analía Franchín asegura estar súper feliz de haber llegado a la final del certamen de cocina más exitoso de la televisión. "Estoy súper orgullosa de todo lo que logré, lo que aprendí y me llevo el mejor de los recuerdos de este programa que fue, realmente, increíble", asegura

Durante la última emisión del programa, Franchín llegó acompañada por su hijo Benicio y Amalia, su mamá. La periodista nunca habló demasiado sobre su familia pero Para ti tuvo oportunidad de charlar con ella, en profundidad, sobre este tema tan delicado.

-Contaste varias veces que tenés una familia difícil, disfuncional…..

-Sí, muy. Mi mamá es una mujer muy sufrida, de una familia muy humilde  -fue golpeada y abusada por sus papás- que tuvo que escaparse de su casa a los 17 años porque la situación en su casa era insostenible. Se casó, tuvo dos hijas -mis hermanas Sandra y Marisa- y, cuando la menor de ellas era muy chica (tenía sólo meses) su marido la abandonó y nunca más lo volvió a ver ni a saber de él. Mi mamá tuvo que salir a trabajar de mucama, cama adentro, y dejó a mis hermanas en lo de una tía y así fueron criadas. Con el tiempo conoció a mi papá que era un amor, una gran persona y se casó con ella y le dio una vida mejor, por suerte. Ahí llegué yo.

-Pero tus hermanas quedaron muy golpeadas por esta infancia tan dura, imagino

-Sí, claro: creo que ninguna de las dos pudo recuperarse de eso. Mi hermana mayor es adicta desde muy chica y hemos hecho de todo para que se rehabilite: desde ir a buscarla a la villa donde se había instalado hasta internarla. Tuvo una hija y la criamos nosotros -mi papá y yo- porque ella, realmente, no podía hacerse cargo de un bebé. La menor se caso con un psicópata, un monstruo, el peor hombre del mundo y tuvo dos hijos con él que son autistas. Todo muy difícil.

-Debe ser un gran peso sobrellevar a una familia asi y hacerte cargo de todo, no?

-Uff… No te imaginás cuanto. Pero bueno, yo siento que soy algo así como una ganadora de la vida porque logré superar muchos obstáculos, formar mi propia familia, tener una vida sana y estable y comprendí, hace mucho tiempo, que mis hermanas no tienen esa vida por elección propia, están enfermas. 

-¿Son taxistas las dos?

-Bueno, la mayor ya no trabaja. Pero sí, claro: eran taxistas las dos.

-¿Es verdad que una de ellas tenía una foto tuya en el taxi?

-Es verdad. ¡Como una estampita! O como el perrito ese que mueve la cabeza. Yo le decía: “¡Sacá mi foto de ahí por favor!” (se ríe).