La alopecia es la pérdida anormal del pelo y, aunque durante años se asoció con la edad, hoy afecta también a personas jóvenes, incluso desde los 20 años. Más allá de lo estético, su impacto emocional puede ser profundo: afecta la autoestima, la confianza y la percepción personal de belleza.
Las causas son múltiples: genética, desequilibrios hormonales, deficiencias nutricionales, estrés o incluso enfermedades autoinmunes. Conocer el tipo de alopecia es el primer paso para abordarla correctamente.
Tipos de alopecia: cómo identificarlos
- Alopecia androgenética: es la más común y se da tanto en hombres como en mujeres. Está vinculada a las hormonas y a la predisposición genética. En mujeres, puede asociarse al síndrome de ovario poliquístico (SOP).
- Alopecia areata: de origen autoinmune, provoca la caída del pelo en parches o zonas delimitadas.
- Alopecia por efluvio telógeno: suele ser temporal y aparece después de situaciones de estrés intenso, cambios hormonales o déficits nutricionales.
Cada tipo requiere un diagnóstico médico y una estrategia personalizada.
Avances científicos y tratamientos que marcan un antes y un después
En los últimos años, la investigación capilar avanzó de manera sorprendente.
Los estudios con células madre abrieron el camino a la regeneración de folículos inactivos, mientras que científicos de la Universidad de UCLA descubrieron moléculas capaces de reactivar el crecimiento en zonas afectadas.
Hoy, los tratamientos más efectivos incluyen:
- Minoxidil (tópico u oral): sigue siendo el más utilizado y eficaz para estimular el crecimiento.
- Plasma rico en plaquetas (PRP): utiliza los factores de crecimiento de la propia sangre para regenerar el folículo.
- Microneedling capilar: mejora la circulación y potencia la absorción de productos.
- Láser Alma Hybrid: tecnología que combina longitudes de onda para activar los folículos y mejorar la microcirculación sin dolor ni tiempo de recuperación.
“Antes de comenzar cualquier tratamiento, es esencial consultar a un dermatólogo”, recomienda la dra. Leisa Molinari, médica especialista en salud capilar. Solo un diagnóstico profesional puede descartar causas ocultas y definir la mejor estrategia para cada persona.
Hábitos que fortalecen el pelo desde adentro
Más allá de los tratamientos, los hábitos diarios son clave para mantener el pelo fuerte y saludable:
- Alimentación equilibrada: incluir hierro, zinc, proteínas y vitaminas del complejo B.
- Reducir el estrés: meditación, yoga o actividad física regular.
- Evitar el exceso de calor y químicos agresivos: los tratamientos térmicos y tinturas frecuentes pueden debilitar la fibra capilar.
- Peinados más sueltos: los tirantes o trenzas muy ajustadas favorecen la caída.
Romper los estigmas asociados a la alopecia es tan importante como cuidar el pelo: la pérdida capilar no define la belleza ni la identidad de una persona. Con información, prevención y acompañamiento profesional, es posible recuperar la salud capilar y la confianza.
Fuente: Dra. Leisa Molinari (M.N. 116.628) - Médica dermatóloga especialista en cáncer de piel y cirugía micrográfica de Mohs. Fundadora del Centro Médico de la Piel y miembro de sociedades científicas nacionales e internacionales (@dra.leisamolinari)
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