Si buscás que tu piel se vea descansada y con una textura de seda, el butter skin es definitivamente para vos.
Por qué todas estamos hablando de la "piel de manteca"
Esta tendencia surge como una respuesta necesaria al agotamiento del glass skin. Después de años buscando un brillo casi plástico y húmedo, el mundo de la belleza giró hacia algo más orgánico. El butter skin nace de la necesidad de mostrar una barrera cutánea sana. Google Trends no miente: la búsqueda de texturas cremosas y productos que aporten "densidad" a la piel está en su punto más alto.

El gran mito a desterrar es que para brillar necesitás estar llena de aceites o iluminadores potentes. En realidad, el secreto de esta tendencia está sumar a tu rutina la humectación profunda. Una piel que tiene sus niveles de agua y lípidos equilibrados brilla por sí sola, sin necesidad de artificios. No se trata de estar "mojada", sino de verse "nutrida".
Los aliados para una textura cremosa y satinada
Para lograr este acabado, la clave está en el layering de productos con texturas ricas. No necesitás mil pasos, sino elegir los correctos. Empezá siempre con una limpieza que no sea agresiva; buscá fórmulas que respeten tu manto lipídico para que la piel no se sienta tirante al terminar. El paso siguiente es un sérum humectante, formulado con ácido hialurónico, que retenga la humedad en las capas profundas.

La verdadera magia ocurre con la hidratante. Para el butter skin, buscamos cremas que contengan ceramidas o escualano. Estos ingredientes funcionan como el "cemento" que une las células, dejando la superficie lisa y suave al tacto. Si tenés la piel seca, podés sumar un aceite facial al final de tu rutina para sellar todo. La idea es que la luz rebote de manera suave sobre tu cara, logrando ese efecto satinado tan característico.
Cómo llevar esta tendencia a tu maquillaje diario
Adaptar el butter skin a tu makeup es súper simple si priorizás los productos cremosos. Dejá de lado los polvos matificantes, que suelen apagar la vitalidad del rostro. Una base liviana o una hidratante con color es suficiente para unificar el tono sin tapar la textura natural de tu piel. El objetivo es que el maquillaje parezca fundirse con tu propia dermis, casi como si no estuvieras usando nada.

- Usá rubor en crema o en barra para mantener el acabado jugoso en las mejillas.
- Aplicá el corrector solo donde sea estrictamente necesario para no sobrecargar.
- Elegí un bálsamo labial con color en lugar de un labial mate para completar el look.
Recordá que, aunque amamos las tendencias, lo más importante es observar cómo reacciona tu piel. Si notás que algún producto pesado te genera granitos o exceso de oleosidad, consultá con un profesional para ajustar tu rutina según tu tipo de piel.
El momento de abrazar la suavidad
El butter skin llegó para recordarnos que la mejor versión de nuestra piel es aquella que está cuidada y saludable. No necesitás filtros ni capas infinitas de producto para destacarla; a veces, volver a lo básico y enfocarse en la nutrición es la mejor estrategia de belleza. Es un look que se adapta a todas las edades y que, sobre todo, te hace sentir cómoda en tu propia piel. ¿Te animás a probar este acabado cremoso hoy mismo?
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