Cuidar tu pelo del sol es tan importante como usar protector en la piel: con una rutina simple podés prevenir daño, frizz y cambios de color.
Cuando el sol “quema” tu pelo aunque no lo notes
Sabemos que el verano es una prueba de fuego para el pelo: sal, cloro, viento, humedad. Pero hay un agresor silencioso que muchas veces pasa desapercibido - la radiación UV. Esa exposición puede acelerar y amplificar la degradación de la fibra capilar, en especial en pelos sensibles, finos, teñidos, decolorados o con canas.
La médica dermatóloga tricóloga Vanina Gegdyszman explica que el daño se ve muy claro: lo primero que aparece es un aclaramiento desigual, como si surgieran mechas más claras que no estaban. Es el equivalente a una quemadura solar, pero en versión capilar. También se siente más áspero, con frizz, puntas abiertas y un brillo mucho más apagado.
A nivel interno, el daño ocurre en tres niveles:
- se altera la película lipídica que recubre la fibra y la vuelve menos impermeable;
- se desorganiza la estructura interna por la penetración de los rayos;
- UVA y UVB afectan proteínas y lípidos, comprometiendo brillo, elasticidad y resistencia.
Desterrar el mito de que “el pelo no se quema” es el primer paso para empezar a protegerlo.
Antes y durante el sol: cómo sumar protección UV a tu rutina
La prioridad en meses de alta radiación es prevenir. Según la tricóloga, los fotoprotectores capilares son clave: se aplican con el pelo húmedo antes de la exposición, se reaplican después del mar o la pile y se combinan con protección física en horas pico, como gorros o pañuelos. En pelos rubios, decolorados o con canas, la recomendación es usarlos a diario durante todo el verano.
En el mercado vas a encontrar:
- Óleos protectores 3 en 1
Formulados para cuerpo, rostro y largos del pelo, crean una película fina e invisible que envuelve la fibra y ayuda a blindarla frente a los rayos UV. Suelen incluir activos hidratantes y antioxidantes para compensar resequedad y oxidación. - Líneas específicas “sol y verano”
Vienen con shampoo nutritivo, máscara revitalizante y brumas en óleo bifásicas tipo “spray de playa”. Incorporan filtros UV, activos humectantes y texturas ligeras que eliminan restos de sal, cloro y arena, a la vez que suavizan y realzan las ondas playeras.
Tip práctico: llevá siempre un spray capilar en la bolsa de playa y reaplicá en largos y puntas cada vez que salís del agua.
Después de la temporada: reparar color, brillo y estructura
Otro efecto del sol es el impacto directo en el color. La radiación puede desvanecer la tintura, cambiar el tono o aclarar el pelo incluso sin coloración previa. Para minimizarlo, hay líneas pensadas especialmente para pelos teñidos que:
- preservan la intensidad del color,
- aportan brillo tipo “efecto vidrio”,
- protegen frente a calor, frizz y rayos UV.
También existen tratamientos de reparación profunda con tecnología molecular, ideales para pelos muy dañados. Suelen incluir óleos bifásicos que se agitan antes de usar y combinan:
- una fase acuosa que lleva activos al interior de la fibra para ayudar a restaurar la estructura,
- una fase oleosa que repara la barrera lipídica y controla el frizz por varios días.
Como refuerzo diario, los sérums con filtro UV y protección térmica se aplican como último paso de la rutina, sobre el pelo húmedo o seco, antes del secador o la planchita.
Si preferís fórmulas con ingredientes de origen natural, hay opciones enriquecidas con keratina vegetal y aceite de argán que envuelven la fibra, reducen el frizz y suman brillo intenso. Muchas de estas cremas para peinar aportan beneficios múltiples (suavidad, hidratación, protección anti quiebre, reparación de puntas abiertas) e incluyen filtro UV y protección térmica.
Un plan simple para disfrutar del sol con el pelo sano
La clave no es dejar de disfrutar del verano, sino acompañar esa exposición con una rutina consciente. Armar un kit con fotoprotector capilar, shampoo y máscara nutritiva, un producto específico para tu tipo de pelo (teñido, dañado, con frizz) y sumar accesorios como gorros o pañuelos hace una gran diferencia.
Con pequeños hábitos - reaplicar el protector después del agua, enjuagar bien al volver a casa, usar tratamientos reparadores una o dos veces por semana - podés llegar a marzo con un pelo más sano, fuerte y luminoso. Así como no dudás en usar protector solar en la piel, tu pelo también merece una barrera frente al sol.
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