Las cortinas no son solo un detalle decorativo. Bien elegidas y bien colocadas, pueden cambiar por completo la percepción de un espacio: hacerlo más alto, más luminoso y visualmente más amplio.
“El problema es que muchos ambientes se ven ´más chicos- de lo que realmente son por un error en cómo están colgadas las cortinas”, advierte Constanza Delgado, arquitecta dedicada al diseño y bienestar.

Y apunta que el error más común suele ser elegir las cortinas al final, sin pensar en su impacto espacial. En realidad, bien usadas, son una herramienta de diseño tan potente como el color o la iluminación.
Cómo colocar las cortinas para que tu casa se vea más grande

En 1, 2, 3... ¡5 pasos!, Constanza Delgado (en Instagram @arq.constanzadel) autora del libro “Diseño para el bienestar. Espacios que activan el cerebro, reducen el estrés y mejoran la salud”, enumera los motivos cuenta cómo hacerlo.
1. Colgarlas las cortinas más alto de lo que parece lógico
Uno de los recursos más efectivos es llevar el barral o riel lo más cerca posible del techo, incluso aunque la ventana sea baja.
Esto estira visualmente la pared y hace que el ambiente se perciba más alto. Cuando las cortinas arrancan desde arriba, el ojo no “lee” el tamaño real de la abertura, sino la altura total del plano.

2. Que las cortinas lleguen hasta el piso
Las cortinas cortas o que terminan justo en el antepecho interrumpen la vertical y achatan el ambiente. En cambio, las que llegan al piso, ya sea con un quiebre mínimo o apenas rozandolo, generan continuidad y orden visual. El espacio se ve más limpio, más alto y mejor proporcionado.
3. ¿Por qué conviene colocar cortinas “más anchas “que la ventana?

Otro error frecuente es colocar el barral exactamente del ancho de la ventana. Cuando se extiende 20 a 30 cm de cada lado, la abertura parece más grande y, además, al correrlas, las cortinas no tapan la entrada de luz. Esto da como resultado, más amplitud y más luminosidad.
4. Mejor, cortinas con telas livianas
En espacios chicos o con poca luz, las telas pesadas y oscuras suman peso visual. Las telas livianas, claras o traslúcidas dejan pasar la luz y hacen que el ambiente respire.
Si necesitás oscurecer, la mejor estrategia es combinar: blackout bien escondido + cortina liviana al frente.

5. Menos cortes... Y mismo color.
Usar una sola cortina larga, continua, en lugar de varias fragmentadas, ayuda a que el espacio se lea como un todo. Cuantos menos cortes visuales hay, más grande se percibe el ambiente.
Y para ganar amplitud, las cortinas funcionan mejor cuando se integran al color de las paredes o son de una paleta suave. No significa que tengan que desaparecer, sino que no compitan con el espacio. Los contrastes fuertes achican; la continuidad agranda.






