#HistoriasDeCemento: estancia La Raquel, el castillo con aires franceses que se puede ver desde la Ruta 2 - Revista Para Ti
 

#HistoriasDeCemento: estancia La Raquel, el castillo con aires franceses que se puede ver desde la Ruta 2

De Felicitas Guerrero a la Fundación que atesora su legado por generaciones. Puede verse desde la Ruta 2 camino a la Costa Atlántica y al día de hoy un equipo de especialistas trabaja en su puesta en valor. En esta nota, Silvina Gerard nos cuenta parte de su historia y nos invita a un recorrido virtual repleto de detalles.
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“…las magnolias perfumaban el ingreso y se escuchaba decir -¡qué hermoso parque tienes Valeria! Error, contestaba. Yo pertenezco a este parque” - Valeria Guerrero de Russo.

Desde la laguna El Chañar hasta su desembocadura en la Bahía de Samborombón al Rio de la Plata, en la curva del Salado el viento se hacía malevo, ni el sol entibia la tierra de cara al invierno.

La corriente del río arrastró historias que se trazaron en paralelo, lo que se vivía por dentro y lo que se vivía puertas afuera, las escuchadas, las imaginadas y las silenciadas. Todas acunaron anécdotas y leyendas a lo largo y a lo ancho de la llanura que linda al mar donde el tiempo abundaba, infinito.

Estas tierras pertenecieron al Gral. Félix de Álzaga y para 1841, por su muerte, el vasto territorio pasa a su hijo Martin de Álzaga quien se casa con Felicitas Guerrero.

Aquí nace una historia trágica que se graba en el imaginario colectivo hasta nuestros días.

Felicitas debe casarse con Álzaga aún sin haberlo elegido como marido. El compromiso se realizó en el Club El Progreso y luego del casamiento, el convenido matrimonio se instaló en una mansión construida en la "Quinta de los Álzaga" hoy Plaza Colombia, de Barracas. Era una zona poblada de quintas en el tendido sur de la ciudad.

De esa unión nacen dos niños varones que mueren, uno por el brote de fiebre amarilla y el segundo a poco de nacer. Martin de Álzaga dicen, cae en un hondo pesar y se entrega a la muerte dejando a Felicitas con el título de viuda, joven y rica.

Su hermano, Carlos Francisco, la ayuda en la administración del territorio, difícil tarea, aún más al tratarse de una mujer que, para aquella época, debía salir acompañada, estar casada y criando niños.

Felicitas, dispuesta a atender sus campos viaja a la estancia "La Postrera" a orillas del Salado y bajo una gran tormenta, el carruaje que llevaba a la joven se pierde en la noche cerrada. Allí son asistidos por el dueño de una estancia cercana en la comarca, Samuel Sáenz Valiente. Aquí dicen, nace un amor correspondido que pronto llegaría al compromiso.

La fecha elegida era el 29 de enero de 1872. La mansión de Barracas, ahora conocida como “Quinta de los Guerrero” estaba vestida de fiesta hasta la entrada de Enrique Ocampo en escena. Este último, pretendía la mano de Felicitas desde hacía mucho tiempo, pero una y tantas veces fue rechazado por ella. Aun así, insiste y solicita verla, a solas.

Ocampo, quien sería el futuro tío abuelo de las escritoras Victoria y Silvina Ocampo, también pertenecía a una familia acomodada. Ella lo recibe y al encontrarse nuevamente con el desamor de Felicitas, Ocampo le dispara causando la agonía de la joven hasta la muerte.

Aquí hay dos versiones del final de los hechos: el seguido suicidio de Ocampo o su muerte en trenzada lucha con los hermanos y primo de Felicitas. Tal vez sea ese el punto en que la historia se hace muda. Por años fue un silencio trágico que los atravesó hasta nuestros días.

Los Guerrero vivieron un duelo trágico y cerraron la puerta al pasado.

Muerta Felicitas y al no tener hijos, las tierras pasan a ser propiedad de su padre, Don Carlos José Guerrero, quien se dedicaba hasta entonces al negocio de una naviera familiar.

En Buenos Aires, en la esquina de las calles Isabel La Católica y Pinzón se construyó una capilla llamada Santa Felicitas, que sus padres levantaron en el sitio donde fuera asesinada. Se trata de una obra de estilo neogótico diseñada por Ernesto Bunge que años después los Guerrero donan a la ciudad de Buenos Aires. Su primo Cristián Demaría escribe su tesis en defensa de los derechos de la mujer que fuera presentada en la Universidad de Buenos Aires en 1875 y que tituló “La condición civil de la mujer”.

Años más tarde, al morir Carlos José Guerrero, sus diez hijos, hermanos menores de Felicitas, heredan toda su fortuna. Eran campos, propiedades y los kilómetros de playas y médanos costeros. Los miles de hectáreas entre la zona del río Salado y General Madariaga quedaron repartidas entre sus hermanos.

Uno de ellos, Manuel Justo Guerrero (1858-1931) construye el casco de estancia “La Raquel” dedicando su nombre a su esposa Raquel Valeria Benita Cárdenas Cueto.

El chalet data de 1894 y la torre que todos espiamos en ruta a la Costa Atlántica se edificó en 1905, obra que se inicia en campos que fueran heredados luego de la muerte de su hermana. Así es que Felicitas nunca conoció “la Raquel” como muchos creen.

#TipCementero: cómo lograr una mezcla de albañilería con volumen

Desde Cementos Avellaneda explican a Para Ti Deco que los artesanos buscan que las mezclas de albañilería tengan más volumen (alto contenido de cal y cemento). Por eso nos brindan sus mejores tips para lograrlo.

"A mayor volumen de pasta menor es la fricción entre los granos de arena: el albañil siente que la mezcla es 'dócil' y que requiere poco esfuerzo para su remezclado en el balde o para lograr una textura lisa en el revoque. Sin embargo, mayor contenido de pasta implica mayor riesgo de fisuras y un mayor costo de la mezcla. El secreto para lograr mezclas con más volumen y sin riesgos de fisuras, consiste en emplear materiales de buena calidad. La arena debe ser limpia y de granulometría adecuada (evitar arenas excesivamente finas o gruesas); la cal debe conferir al mortero alta plasticidad y elevado rendimiento (mayor cantidad de baldes de arena por cada balde de cal)".

Allí, en Castelli, a metros de la Ruta 2, transcurrió buena parte de la vida de Felicitas, pero en otra propiedad llamada “La Postrera”, donde se criaban ovejas.

Esos campos habían pertenecido a Ambrosio Crámer, quien había muerto en la revolución de los Libres del Sud, en 1837. Su nombre “Postrera” refiere a que cuando se estableció, estaba en los confines de la “civilización” y era el último puesto frente a las tierras de dominio indígena.

Aquí los Guerrero fueron los precursores de la lechería en la Cuenca del Salado entre 1888 y 1930. Estas tierras fueron una zona próspera de desarrollo agropecuario, con su propia estación de ferrocarril, fábrica de leche y quesos. El primer toro Aberdeen Angus registrado en Argentina llegó en barco desde Escocia en 1879 por iniciativa de los Guerrero.

El almacén de ramos generales fue abierto por Manuel Justo Guerrero, también responsable de la instalación de la fábrica de lácteos. Para 1910 sus tambos obtuvieron varios premios por la fabricación de quesos, innovando con técnicas de avanzada despachaban por tren a Buenos Aires unos 15 mil litros diarios desde la Estación Guerrero, hoy del otro lado de la ruta.

El tren Roca era la vía que unía el puerto de Buenos Aires con la estancia en la tarea de lo que fuera motor productivo de nuestro país. Afuera, las bendiciones de la pampa, los dones de la tierra, los frutos y el ordeñe. Los trabajadores participaban aportando su expertis y asumiendo distintos roles dando forma a la rutina diaria del campo.

Las estancias de la llanura fértil, a fuerza de trabajo bregaron por el crecimiento del país produciendo alimento para la nación y el mundo en un tiempo próspero en que se nos solía llamar “el granero del mundo”.

A la muerte de Manuel Justo Guerrero lo sucede su hija Valeria, sobrina de Felicitas, quien se casa con Juan Pablo Russo. Valeria Guerrero Cárdenas de Russo (1900-1992) hija de Manuel Justo Guerrero Cueto y Raquel Valeria Cárdenas Cueto dedicó su vida al campo pero también participó con su visión de progreso en la creación de Ostende y Valeria del Mar, que lleva su nombre.

A mediados de los setenta Valeria y su esposo Juan Pablo decidieron crear una fundación para que el establecimiento sirviera de marco a actividades culturales y a la difusión de la labor agraria.

La estancia “La Raquel” es el mojón desde donde Valeria continuó la historia. El parque de 80 hectáreas cuenta con más de 350 especies clasificadas y diseñadas por el paisajista danés Frederic Forkel en el siglo XIX. Allí, una espesa masa boscosa funciona como cortina protectora de los vientos que corren fuerte.

Es un parque sostenible ya que sus especies centenarias no necesitan grandes cuidados para su supervivencia. Tiene diferentes densidades arbóreas, las cuales originan amparo climático, excelentes visuales y una importante estructura vegetal diseñada especialmente para refrescar el área en verano y dejar entrar el sol en invierno.

Detener el tiempo para observar, encontrar el reflejo de la casa en la pileta, que es infinita en comunión con las aguas del correntoso Salado. Las largas caminatas de Valeria por el campo hicieron amarlo tanto hasta sentirse parte de él.

La imagino adentro. Descansar, leer algún libro de la biblioteca, jugar al backgammon o a las damas, reunirse a la mesa. Guardados están los tules y broderies de los finos vestidos, un juego de té de plata, el piano Steinway y hasta un arpa francesa se lucían en las fiestas. Las paredes acunan fotos color sepia, blanco y negro nos revelan a Felicitas, Carlos José, Manuel, Raquel y Valeria. Todo en su interior carga el peso del pasado. Los muebles, nobles telas y hasta un caballete que perteneció a Luis Guerrero que dicen, fue el bohemio pintor de la familia.

Todo está tapado en custodia a la espera del fin de obra, una épica tarea de poner en valor el chalet y su historia.

A la muerte de Valeria, su sobrina Cecilia Guerrero y su esposo Juan Pablo Russo continúan el legado con un fuerte compromiso para con la comunidad, brindando acciones solidarias como la donación del servicio de neonatología al Hospital de Castelli, único en el corredor La Plata - Mar del Plata. La Fundación está presente con acciones comunitarias en esta zona.

Desde los ventanales se visualiza el río, grandes extensiones de tierra y el atardecer que se inclina reverenciando la pampa húmeda. A la espera de su reapertura, ya están funcionando algunos eventos en el exterior y se proyecta contar con visitas guiadas y hasta un museo para mostrar los objetos que fueron parte de la historia. Aguardaremos ansiosos quitar el velo a un pasado que pedía a gritos ser contado en memoria de aquellos que trabajaron y soñaron un gran país.

La estancia Villa La Raquel está ubicada sobre la ruta Nº 2, km 168, Paraje Guerrero, Partido de Castelli.

Texto: Silvina Gerard (@silvina_en_casapines).

Fotos: Fabián Uset.

Edición de video: Cristian Calvani.

Más información en parati.com.ar

 

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