En Milion, la arquitecta e ilustradora Natalia Kerbabian presenta “Ilustro para no olvidar”, una exposición que invita a reflexionar sobre la memoria urbana frente a las demoliciones que transforman Buenos Aires.
Más de 50 obras, charlas y un trabajo colaborativo con la escuela pública de oficios hacen de esta propuesta un manifiesto visual sobre qué ciudad queremos heredar.
Ilustro para no olvidar en Milion: el arte y memoria urbana

En cada una de las ilustraciones que forman parte de la exposición de Natalia Kerbabian en Milion, la demolición se transforma en conciencia colectiva.
Es saber que cada edificio que desaparece, con cada esquina derribada para dar paso a una nueva torre, algo más profundo que la arquitectura se esfuma en la ciudad: la memoria. Y desaparece esa huella que hace reconocible un barrio, que guarda historias mínimas y afectivas, que nos conecta con quienes vinieron antes.
La arquitecta, artista e ilustradora Natalia Kerbabian lo sintió en carne propia y decidió responder con lo que mejor sabe hacer: dibujar.
Así nació Ilustro para no olvidar, un proyecto cultural que hoy llega al espacio Milion como una gran exposición colectiva y sensible, abierta hasta noviembre.

La muestra reúne más de 50 obras que retratan arquitecturas porteñas demolidas o en riesgo de demolición. Casas, esquinas, fachadas emblemáticas y rincones cotidianos que, a través de fibras, acuarelas y bordados, reaparecen en el papel con una intensidad nueva: ya no como edificios habitables, sino como símbolos de lo que la ciudad pierde cuando la piqueta avanza.
Natalia Kerbabian en Milion: una exhibición para no olvidar

“Nació de una pulsión íntima -cuenta la arquitecta e ilustradora Natalia Kerbabian sobre el origen de su proyecto Ilustro para no olvidar- El impacto de ver una esquina demolida y hoy, con el tiempo, es un espacio colectivo de reflexión y acción futura que suma vecinos y vecinas, académicos, oficios, testimonios y memorias, transformando la obra en un archivo vivo y colectivo”.
Arquitecta egresada de la UBA, Natalia Kerbabian encontró en la ilustración un medio de investigación y resistencia. Su trabajo cruza ciudad, memoria y dibujo, con un fuerte componente pedagógico y participativo.
En 2024 recibió el Premio Nacional Soy Arquitecta en la categoría Divulgadora, y su proyecto fue declarado de interés por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires. Publicó en medios nacionales e internacionales, siempre con la misión de poner en valor el patrimonio arquitectónico y sensibilizar sobre la necesidad de preservarlo.

Con esta exposición, consolida un camino donde arte y activismo se funden. Y el lugar elegido para la exhibición no es casual.
La muestra ocupa la casona de Milion, en Paraná 1048, una joya arquitectónica inaugurada en 1913 como residencia de la familia Allemand. Restaurada con respeto y creatividad, funciona como un polo cultural donde gastronomía, arte y ciudad se cruzan.
Recorrer las obras en ese marco es casi un juego de espejos: un edificio histórico convertido en refugio de memorias dibujadas que interpelan a otra ciudad que se desvanece.
Ilustro para no olvidar: el arte es resistencia

“Ilustro para no olvidar” no es solo un conjunto de ilustraciones: es un manifiesto gráfico sobre el patrimonio urbano, una manera de transformar la pérdida en conciencia. En tiempos donde la modernización suele justificar la demolición sin miramientos, esta propuesta invita a detenerse y preguntarse:
¿Qué hacemos con lo que heredamos? ¿Qué ciudad queremos dejar a las generaciones futuras?
Las preguntas no se responden en los muros de Milion, pero quedan flotando en el aire. Y quizás ese sea el mayor logro del proyecto: abrir un espacio sensible de debate en torno al futuro urbano.
Un capítulo especial dentro de la muestra es la serie “11:11”, producida en conjunto con la Escuela Pública de Oficios CFP N.º 24 del barrio de Flores. Once obras fueron serigrafiadas once veces por estudiantes y docentes de la institución, para luego ser intervenidas por Kerbabian.

El gesto trasciende lo artístico: une el mundo del arte con el de la educación pública y los oficios, reivindicando el trabajo manual, el aprendizaje colaborativo y la fuerza de lo colectivo.
Además, la adquisición de estas obras no solo sostiene el proyecto, sino que también apoya económicamente a la escuela y a los talleres de enmarcado que se sumaron a la iniciativa.
En un contexto donde los oficios a menudo son invisibilizados, esta red de alianzas aporta un valor social incalculable.

Las técnicas empleadas en las obras potencian el mensaje. Así, el bordado sobre papel convierte cada línea en un acto de cuidado; la acuarela otorga esa sensación de fragilidad que acompaña la idea de lo efímero; y las fibras suman trazos más contundentes, como si gritaran lo que está en riesgo de ser olvidado.
El resultado es una colección tan poética como política, que interpela tanto al ojo estético como a la conciencia ciudadana.
Ilustro para no Olvidar: un recorrido y una conversación en Milion

La exposición “Ilustro para no Olvidar” en Milion no se limita al plano visual. Durante septiembre y octubre se desarrolla un Ciclo de Charlas interdisciplinarias en la Sala Red de Milion, con la participación de voces como Lalo Mir, María O’Donnell y referentes del urbanismo, el diseño y el patrimonio.
Datazo: Natalia Kerbabian realiza visitas guiadas los martes de septiembre y octubre, de 17 a 19.
Algunos de los ejes son: la relación entre arquitectura y vida cotidiana; el extractivismo urbano y sus impactos; y el cuerpo como territorio y la ciudad como escenario en movimiento.
Estos encuentros proponen abrir la conversación hacia múltiples disciplinas, sumando miradas que enriquecen la reflexión sobre cómo habitamos y transformamos nuestro entorno.
Visitar la exposición en Milion es más que un paseo cultural: es una experiencia de inmersión en la memoria de Buenos Aires. El recorrido conmueve, sorprende y deja preguntas abiertas. Y, sobre todo, invita a actuar: a prestar atención a nuestro entorno, a valorar la herencia urbana, a involucrarnos en su cuidado.

Además, al adquirir una obra o participar de las charlas, cada visitante se convierte en parte activa de esta red de memoria y resistencia, apoyando tanto al proyecto como a la educación pública y los oficios asociados.
No se trata de frenar el progreso, sino de repensarlo: de imaginar un futuro donde lo nuevo y lo antiguo puedan convivir, donde el patrimonio no se derribe sin más, donde cada edificio tenga derecho a contar su historia.
En ese sentido, la muestra de Kerbabian es mucho más que una exposición de ilustraciones: es una invitación a mirar distinto la ciudad que habitamos. Y quizás, también, a comprometernos un poco más con la que queremos heredar.

Dónde: Milion, Paraná 1048, CABA. Cuándo: hasta noviembre. Lunes a miércoles de 10 a 24 h (Garaje, 1º y 2º piso). Jueves a domingo de 10 a 24 h (Garaje y 1º piso). Charlas: programación disponible online, con inscripción previa. Curaduría: Mariana Quiroga.


