María Eugenia Macía y Jorge Javier Camacho, ambos profesores en el área de construcciones arquitectónicas de la Universidad CEU San Pablo, escribieron un interesante artículo en The Conversation: El año 2022 ha sido nombrado “Año de la Construcción Industrializada” por el Colegio de Arquitectos Técnicos de Madrid. Esto significa una apuesta decidida por un cambio en el sector productivo de la construcción que atraiga talento y genere empleos de alta cualificación. Algo que a su vez se espera que redunde en mejores edificaciones.
La construcción industrializada es un sistema que elabora de forma automatizada los elementos que forman el sistema constructivo de una edificación. Es decir, una producción en serie de cada parte de un todo, con el fin de garantizar prestaciones y agilizar procesos, aprovechando los grandes avances tecnológicos.
Se basa en el diseño de componentes y subsistemas producidos en serie que se unen finalmente para ejecutar una obra arquitectónica. Por ejemplo, se fabrican cimentaciones, estructuras, escaleras, fachadas, particiones… que una vez conectadas (en fábrica o in situ) dan lugar al edificio final.
Las principales diferencias entre la construcción tradicional y la industrializada son notables: mientras que la construcción tradicional es poco versátil, tiene gran impacto sobre el medioambiente, necesita mucha mano de obra con escasa cualificación y es demasiado ruidosa, la construcción industrializada se adapta con facilidad y rapidez a diversas funciones, es más sostenible y amigable con nuestro entorno, necesita menos mano de obra pero mucho mas cualificada y produce una menor contaminación acústica permitiendo crear ciudades más habitables.
Son muchas las instituciones y empresas que llevan años impulsando la construcción industrializada, compartiendo conocimientos y trabajando conjuntamente en el posicionamiento estratégico de este sistema de construcción. La universidad instruye a los alumnos para que sean capaces de desarrollar sus habilidades en este campo, mediante el trabajo de las técnicas y los procesos gracias a una metodología inmersiva.
La industrialización inclusiva y sostenible es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por Naciones Unidas en su Agenda 2030. Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización sostenible y fomentar la innovación son las estrategias fundamentales para el cumplimiento del ODS 9.
Las nuevas tendencias y exigencias en materia de sostenibilidad y digitalización están provocando una auténtica revolución en el ámbito de la innovación constructiva. Aunque en la actualidad existen empresas que realizan parte de las edificaciones de manera industrializada (estructuras, cerramientos, baños…), en los próximos años se va a producir una explosión en este modelo basado en dos estrategias diferentes pero complementarias:
Hay muchos motivos por los que la sociedad (y no sólo el sector de la construcción) debe ayudar a impulsar el desarrollo de estas técnicas de construcción, puesto que las ventajas que se obtienen redundan en nuestra calidad de vida. Éstas son sólo algunas de ellas:
Confort y calidad, profesionalización, mayor cualificación y especialización del sector, innovación tecnológica y transformación digital, actualización constante, mejora de prestaciones, adaptación a las normativas… La formación de profesionales llamados a liderar la transformación de la construcción en la arquitectura es clave para todo el sector.
En la actualidad, los estudiantes de Arquitectura trabajan en las aulas mediante una metodología que les ayuda a la comprensión global de los sistemas. Esta estrategia se describe a continuación:
Estas nuevas formas de aprender vienen determinadas por los nuevos tiempos. Despertar la motivación, el pensamiento crítico, y el aprendizaje colaborativo es necesario para garantizar el impulso de la industrialización constructiva desde las aulas. Especialmente, porque todavía nos queda un largo camino por recorrer. Actualmente, el porcentaje de vivienda industrializada en España es muy bajo, alrededor del 1 % , mientras que en países como Suecia, Finlandia o Noruega sobrepasa el 45 %.
La industrialización en la construcción ha venido para quedarse. Los estándares de producción y calidad, arraigados desde varios lustros en la industria automovilística primero y en la industria tecnológica después, son requeridos finalmente por las empresas promotoras. Esto requiere una reeducación de nuestros técnicos desde la universidad y también de una intensa y necesaria labor didáctica para difundir entre la sociedad el nuevo paradigma edificatorio.