A Jennifer Aniston le encanta hablar de su simpatía por la decoración, y en recientes entrevistas, la estrella de Hollywood contó que se involucra personalmente en cada proyecto de armado y remodelación de sus casas.
La querida actriz de Friends asegura que el diseño de interiores le brinda calma, control y una gran alegría ,comparable a la que siente en un set de filmación. Y su vocación decoradora se refleja especialmente en su casa del barrio residencial de Bel-Air, en Los Angeles, California.

Mucho más que otra residencia de lujo de una celebridad, la casa de Jennifer Aniston en Bel Air es un proyecto muy personal y el lugar donde encontró la posibilidad de unir su carrera actoral con su sensibilidad estética.
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La vocación alternativa de "Jennifer Aniston decoradora"

“Si no hubiese sido actriz, seguramente habría elegido dedicarme al interiorismo”, expresó Jennifer Aniston en varias oportunidades, revelando una faceta menos conocida.
Su mansión en Bel-Air es la máxima prueba de ese talento. Allí volcó toda su creatividad, sensibilidad y amor por los detalles, trabajando junto al reconocido interiorista Stephen Shadley para remodelar una propiedad modernista y darle un sello absolutamente propio.


El resultado es una casa que equilibra lujo y serenidad, modernidad y naturaleza, diseño y confort.
Jennifer Aniston asegura que “disfruta del proceso” que significa la concepción de una casa, desde la elección de materiales hasta la definición de la iluminación o las telas.
La casa de Jennifer Aniston en California: una joya de los años ‘60

La propiedad de Bel-Air que Aniston adquirió a comienzos de la década de 2010 tiene una historia arquitectónica propia.
Fue diseñada en los años ‘60 por Hal Levitt, un arquitecto californiano célebre por sus residencias modernistas que definieron el estilo de vida de la élite de Los Ángeles.
Minimalismo, líneas puras y conexión con la naturaleza fueron las premisas del proyecto original, que Jennifer Aniston decidió honrar y actualizar con la ayuda de Stephen Shadley.
El desafío fue modernizar la casa sin perder su esencia. Así surgió un rediseño que puso el acento en lo sensorial: texturas táctiles, acabados nobles, piezas de mobiliario únicas y una integración armónica entre el interior y el exterior.
Jennifer Aniston prefiere materiales nobles

El interior de la residencia refleja el estilo que define a Jennifer: moderno pero cálido, sofisticado sin ser frío, elegante pero cómodo.
Los materiales protagonistas son la madera, la piedra y el mármol, usados de manera que transmiten naturalidad y solidez.

Cada ambiente tiene un equilibrio sutil, combinando piezas icónicas de diseño con elementos artesanales y vintage. En el living, por ejemplo, conviven muebles de colección como el famoso sofá Polar Bear con sillones Jacques Adnet, junto a obras de arte contemporáneo y alfombras de texturas suaves. El resultado es un espacio con carácter, pero al mismo tiempo acogedor.
La cocina es otro punto fuerte: cuenta con una isla central imponente, mesadas oscuras y mobiliario de líneas limpias que refuerza la idea de sofisticación práctica.
Arte y confort en la casa diseñada por Jennifer Aniston


La sala principal de la casa es un verdadero manifiesto del estilo Aniston. Allí se mezclan piezas de gran valor con decisiones decorativas audaces, siempre buscando que el espacio invite a quedarse.
Uno de los elementos más llamativos es un sillón colgante diseñado por Blackman Cruz, una pieza escultórica que puede usarse como asiento para charlar, rincón de lectura o simplemente como punto focal del ambiente. Alrededor, se despliegan muebles de distintas épocas, objetos de arte y una paleta cromática que combina tonos cálidos con neutros.
Cada detalle transmite la idea de que la actriz no concibe su hogar como un museo, sino como un lugar vivo, funcional y lleno de carácter.

En la suite principal, el diseño busca crear un refugio íntimo. La cama está elevada sobre una plataforma de nogal, lo que aporta protagonismo sin caer en lo ostentoso. Se acompaña con lámparas monumentales diseñadas por James Mont, piezas que parecen esculturas luminosas y que refuerzan la atmósfera sofisticada del espacio.
La habitación combina amplitud y calidez, transmitiendo la sensación de un lujo sereno, pensado más para el bienestar personal que para la exhibición.
La piscina de película de Jennifer Aniston

Si algo distingue a la casa de Bel-Air es su piscina, que fue completamente rediseñada durante la remodelación. Realizada en travertino, incluye una cascada que la recorre de extremo a extremo, lo que la convierte en una verdadera obra escultórica.
De día, refleja las palmeras y el cielo californiano; de noche, se transforma en un espejo de agua iluminado que ofrece una de las postales más impactantes de la propiedad. Este detalle resume a la perfección la visión estética de Jennifer: la unión de naturaleza, diseño y espectáculo en un mismo gesto arquitectónico.

El vínculo con la naturaleza es clave en la casa de Jennifer Aniston. Los jardines fueron diseñados con inspiración asiática, incorporando terrazas, senderos y rincones de contemplación. La vegetación se integra con la arquitectura a través de grandes ventanales y espacios que conectan el adentro con el afuera.
Los exteriores funcionan como extensiones naturales de la casa, ideales tanto para recibir amigos como para encontrar momentos de calma en soledad.
La impronta personal de Jennifer Aniston está en cada rincón de su mega casa, como en la la barra de tragos tallada directamente en una pared, acompañada por un aplique diseñado con vidrio industrial reciclado. También aparecen piezas de arte adquiridas en subastas, hallazgos vintage y elementos que combinan lujo con sustentabilidad.
Todo demuestra que Jennifer no solo busca un espacio visualmente atractivo, sino también un hogar con historia, alma y coherencia estética.
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Ohana significa el hogar de Jennifer Aniston: una celebridad diferente

Jennifer bautizó a su mansión de Bel-Air como Ohana, una palabra hawaiana que significa familia, comunidad, pertenencia. No es un detalle menor: el concepto refleja lo que la actriz busca en su hogar.
Más que una residencia de lujo, se trata de un refugio; un espacio donde puede relajarse, compartir con seres queridos y sentirse plenamente en paz.
La pasión de Jennifer Aniston por el diseño de interiores no es un hobby pasajero: es parte de su identidad. Cada una de sus casas ha sido un laboratorio de estilo donde exploró materiales, colores, muebles y disposiciones. La de Bel-Air, sin dudas, es la más acabada expresión de esa búsqueda.



