Naturaleza, romanticismo y espíritu estival se combinan en dos mesas navideñas pensadas para celebrar en clima veraniego la Navidad de 2025.
Con estilos diferentes, dialogan unidas por una misma intención: poner a la naturaleza en el centro, con flores, fibras, colores suaves y texturas hacen que la puesta en escena de la celebración se sienta fresca, a través de gestos deco simples que combinan diseño y romanticismo.
2 mesas navideñas que inspiran: romanticismo, naturaleza y espíritu del verano

La Navidad tiene una cualidad única: invita a detenerse, a mirar alrededor y a construir pequeños rituales que celebran el encuentro.
En nuestro país, además, las fiestas coinciden con el inicio del verano, esa estación luminosa que trae aire fresco, colores vibrantes y una energía de florecimiento que se siente tanto en la casa como en el ánimo.
“Pensar en la mesa navideña es también una manera de dar la bienvenida a la temporada: un gesto estético y emocional que condensa familia, celebración y naturaleza en un mismo espacio”, afirma Melissa Domit, fundadora y CEO de Melissa Domit Home & Hotel, que preparó -exclusivo para ti DECO- dos mesas navideñas que reinterpretan la tradición con un toque natural y a la medida de nuestras celebraciones de fiestas de verano.
“Una se inclina por los verdes profundos, las flores silvestres y una estética fresca y ligera; la otra abraza una impronta romántica, floral y suave –anticipa Domit- Ambas expresan sensibilidades distintas para vestir la mesa en estas fiestas, entendiendo que no existe una única forma de celebrar: la clave está en crear un entorno que se sienta auténtico, cercano y propio”.
Mesa de Navidad verde: frescura estival y espíritu natural

La primera mesa se construye alrededor de una paleta en la que mandan los verdes: verdes intensos, verdes suaves, verdes que evocan hojas, praderas, tallos y esa sensación de frescura que trae el verano.
Un mantel claro sirve como base neutra y permite que los elementos respiren con naturalidad.
Las flores silvestres —como craspedias, manzanillas y pequeños ramilletes de campo— se convierten en protagonistas sin esfuerzo.

“Su presencia es alegre, espontánea, imperfecta en la mejor de las maneras –describe Melissa la propuesta- No es una composición rígida, sino un arreglo que parece recién traído del jardín. La estacionalidad se percibe en cada tallo y ese detalle transforma por completo la atmósfera de la mesa”.
Las servilletas cuadrillé en tonos verdes y blancos aportan un guiño campestre que acompaña sin saturar. Son un elemento simple pero efectivo: añaden textura, evitan la monotonía y refuerzan el concepto natural.


Y las copas transparentes dejan que la luz del día se filtre y rebote, generando pequeños destellos que suman ligereza al conjunto.

Para completar la propuesta, detalles como velas bajas, pequeñas hojas sueltas o bandejas de madera ayudan a potenciar el aire orgánico. Lo importante es que cada elemento sume sin competir, construyendo un clima relajado y coherente.
Mesa de Navidad romántica: flores y tonos rosados

La segunda propuesta cambia el registro y lleva a un terreno más romántico. Aquí, los tonos rosados marcan el pulso de la composición. Desde la vajilla con motivos botánicos hasta los arreglos florales, todo dialoga con una estética suave, femenina y de inspiración jardín.
El ramo de astromelias, generoso y vibrante, es el centro visual de la mesa. Su caída natural, su volumen y su color aportan un gesto escenográfico que define el tono general. “Es una presencia que abraza la mesa y la llena de vida”, apunta Melissa Domit.
Las flores rosadas, elegidas por su belleza y resistencia, encuentran un equilibrio perfecto entre elegancia y naturalidad.


La vajilla botánica suma romanticismo sin caer en lo infantil. Motivos florales, líneas finas y tonos pasteles conviven con cristalería transparente y cubiertos simples, que evitan la saturación visual.
Para sumar aires de sofisticación se pueden alternar distintas alturas de jarrones, incorporar velas en tonos neutros o incluir textiles delicados como individuales tejidos o servilletas con bordes artesanales.

“Ya sea con manzanillas y craspedias o con ramas rosadas que caen con naturalidad sobre el mantel, la mesa se vuelve un espacio vivo, pensado desde los detalles que hacen especial el encuentro”, expresa Domit, y destaca la importancia de elegir elementos que generen identidad visual sin perder espontaneidad.
Dato & Tip: el secreto de una mesa lograda muchas veces está en la combinación de texturas: linos y algodones, cerámicas artesanales, cristales translúcidos y elementos vegetales. La mezcla aporta profundidad visual y dinamismo sin necesidad de sobrecargar.
Mesas de Navidad inspiradas en la naturaleza

Cuando la paleta de una mesa de Navidad replica colores presentes en la naturaleza, todo fluye con armonía.
Las Fiestas en el hemisferio sur tienen una energía particular: calor, luz, colores vibrantes y un ánimo expansivo. Incorporar ese espíritu estacional a la mesa —ya sea desde los verdes o desde los rosados— permite conectar la celebración con el entorno.


Por eso, aunque las dos mesas tienen estilos diferentes, comparten algo fundamental: la naturaleza como hilo conductor. En un caso, desde flores silvestres y tonalidades verdes; en el otro, desde una mirada floral más romántica.
Cada propuesta ofrece un camino posible. Una invita a celebrar en clave natural, fresca y campestre. La otra propone un gesto romántico, delicado y floral. Ambas muestran que, en decoración navideña, no existen reglas rígidas: existe sensibilidad, creatividad y el deseo de construir momentos memorables.

Dato & Tip II: la Navidad no exige grandilocuencia: exige intención. Una mesa puede ser sofisticada o sencilla, colorida o monocromática, floral o minimalista. Lo importante es que transmita algo propio e invite a compartir.


