La fantasía se adueñó de las pasarelas de Armani Privé y Jean Paul Gaultier
Hadas, ninfas y brujas en una puesta en escena para aplaudir de pie. Los diseños de Alta Costura de las colecciones de Armani Privé y Jean Paul Gaultier en la semana de la moda de París fueron muy efectistas y con cierto espíritu circense.
Bienvenidas a un cuento de hadas. Sí, porque no hay dudas que tanto la colección de Alta Costura de Armani Privé como la de Jean Paul Gaultier se inspiraron en un “fairy tale”.
En una galería muy luminosa del museo Petit Palais, en París, Giorgio Armani, eligió presentar su nueva colección otoño-invierno 2019/20.
El lugar no fue elegido al azar: la luz debía acompañar el destello de los miles de cristales que estaban bordados en sus diseños. Como hadas salidas de cuentos de princesas, las modelos caminaron sobre la pasarela vestidos cubiertos de “polvo brillante”.
Faldas de tules transparentes y chaquetas fueron ovacionadas por el público. “La impresión es la de una superficie de agua clara que refleja un rayo de luz de la luna o la luz solar”, definió la marca a la colección en su gacetilla de prensa.
El desfile también incluyó blazers de solapa ancha impecables y pantalones harem ondulantes. Hubo kimonos, capas y estampados de seda.
Fueron llamativos los diseños de inspiración animal. Y un detalle no menor: renunció a las pieles. Hubo mucho volumen, abrigos acolchados y asimétricos y capas cónicas que cubrían también la cabeza y cinturas entalladas.
Colección empoderada
La colección de Gaultier ensalzó la fuerza poderosa de la mujer. Abundaron los abrigos y faldas que terminaban en flecos.
La gama flúor, brillantes rosas, amarillo y azul estallaron en la pasarela. También hubo inspiración animal y los clásicos blanco, negro y camel en abrigos y trajes.
Al igual que Armani, demostró su compromiso con la ecología evitando las pieles en su colección. Pero creó ilusiones ópticas con estampas basadas en fotografías de pelaje de zorro rojo.
También renderizó una impresión de Victor Vasarely, le puso tonos chocolate, y le colocó esa estampa reptil reversionada a una falda de satén. Hizo lo propio con un vestido con animal print de leopardo bordado en cristal.
Los sombreros de cono colocados en forma de carpa y un vestido bordado de Op Art con mangas de plumas de arco iris le dieron un aire circense a la pasarela. Extravagante, ocurrente… Sin duda alguna la genialidad de Jean Paul Gaultier nos sigue sorprendiendo.