El Dr Walter Ghedín, sexólogo, plantea cómo un amor saludable puede convertirse en uno dependiente y qué debemos hacer para que esto no suceda.
¿Y si de nosotros depende ser felices por dónde podemos empezar? Quizá por bajar las pretensiones y tomar conciencia de que la felicidad es un estado afectivo, y que como tal, tiene sus oscilaciones y sus carencias. "La felicidad es un estado de alegría y bienestar que nos invade cuando realizamos una acción, o cuando algo del afuera nos impacta, y es favorable para el Yo", dice el doctor Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo.
Y agrega: "El estado de enamoramiento tiene algo de esta dimensión superlativa de la alegría. Solo pensamos en el ser amado, sentimos 'mariposas en la panza', y la libido está a flor de piel. Es más, la persona enamorada disfruta estos 'síntomas'".
"Existen cambios neuroquímicos que inducen modificaciones en el ánimo: la serotonina, la dopamina, la oxitocina (hormona del apego o del amor) están en niveles altos, lo cual lleva a sentirnos mejor y a vivir el "aquí y ahora". Sin embargo, no estamos preparados, ni biológicamente ni mentalmente, para sostener en el tiempo estos estados, por lo menos en los puntos más altos o de humor extremo", continúa el especialista.
La emoción de los primeros tiempos se convierte en un sentimiento agradable que nos permite reorganizar la vida sin sentirnos tan embargados por la pasión y la necesidad imperiosa de pensar y estar con el otro. "El sentimiento amoroso no fortalece la dependencia, por el contrario, se nutre de la independencia de las partes, de que cada uno se desarrolle en todos los aspectos propios", explica.
Según el médico, el bienestar personal alimenta el bienestar de la pareja. "La postergación de proyectos para no provocar conflictos o para dar respuestas a necesidades ajenas no ayuda a la estima ni a la salubridad del vínculo amoroso. En este contexto adaptativo la felicidad queda desplazada, limitada, restringida a unos pocos momentos esperables", dice.
"La repetición de este mecanismo de ceder para complacer va configurando un vínculo de pareja basado en la dependencia. Muchas veces las acciones que nutren esta dinámica en la relación son tan sutiles que no permiten tomar conciencia de lo que sucede; en otros casos los mecanismos de defensa (negación, justificación, etc.) hacen su papel impidiendo que la persone se cuestione o analice su conducta. Es así como el amor que en un principio supo ser saludable se convierte en una forma de amar basada en la dependencia", añade.
Amor saludable Versus amor dependiente
Asesoró: Doctor Walter Ghedín, psiquiatra y sexólogo