A medida que el ciclo lectivo se acerca a su fin, la presión por los últimos exámenes, trabajos finales y el cierre de notas puede convertirse en una fuente de estrés silenciosa y potente, no solo para los estudiantes, sino también para todo el entorno familiar. ¿Cómo pueden las familias ayudar a sus hijos a transitar esta etapa sin que la ansiedad se apodere del hogar?
Luciana Rossi, vicedirectora e Instructora de Meditación y Mindfulness, ofrece una perspectiva experta y herramientas prácticas para transformar este período de tensión en una genuina oportunidad de aprendizaje y conexión familiar. "El problema central reside en la exigencia que en algunos hogares se le imprime a esta instancia y sobre todo en contextos donde el rendimiento académico se asocia fuertemente con el éxito personal. Esta presión, cuando se refuerza con las expectativas familiares, puede derivar en ansiedad, miedo al fracaso y desmotivación, afectando la autoestima del niño y la relación familiar" advierte Rossi.
"Aprender es mucho más que aprobar. Es un proceso que en la mochila carga errores, constancia y autoconfianza. La familia debe ser un refugio emocional, y no un evaluador adicional." concluye.
Acompañar saludablemente en tiempos de exámenes es un enorme desafío que supone equilibrar apoyo con autonomía, estructura con flexibilidad, y exigencia con empatía. Es estar presente sin agobiar y con serenidad, motivar sin presionar y confiar sin esperar perfección.
Si! El objetivo es que aprueben, y por sobre todo resultado, que aprendan a gestionar su propio esfuerzo, emociones y motivación con seguridad y bienestar.
Guía para acompañar a tus hijos en tiempos de exámenes

Crear un clima emocional tranquilo:
- Escuchar con empatía, habilitar el diálogo comprensivo y acogedor, indagar cómo se siente, qué le preocupa o en qué materias siente mayor inseguridad.
- Evitar comentarios comparativos o críticos.
- Transmitir confianza, recordar que lo importante es que haga su mejor esfuerzo, no que todo salga perfecto.
- Mantener el humor y la calma, ofrecer un ambiente distendido y de serenidad.
Ayudar a organizar sin control:
- Los exámenes requieren planificación, pero la autonomía es parte del aprendizaje
- Quien estudia debe decidir el orden o los momentos. Evitar imponer horarios rígidos sin tener en cuenta el propio ritmo.
- Respetar la forma de estudiar (hay quien prefiere esquemas, otros lecturas, otros resúmenes). Evitar vigilar constantemente o corregir el método elegido.
- Promover pausas activas cada 45 minutos.
- Evitar sobrecargar con tareas o actividades extras durante los días previos.
Cuidar el cuerpo y la mente:
- El bienestar físico y emocional es clave para rendir bien.
- Fomentar una buena alimentación para ayudar a mantener la energía y la concentración.
- Priorizar el descanso y dormir bien.
- Revisar las señales de estrés, si hay cambios de humor, irritabilidad, llanto o insomnio, es momento de acompañar emocionalmente y ofrecer contención, no de insistir con el estudio.
- Destinar un tiempo breve a ejercicios de respiración consciente y prácticas de escaneo corporal.
Refuerzo positivo y motivación:
- El refuerzo positivo es mucho más poderoso que la crítica.
- Reconocer el esfuerzo, no solo los resultados, valorar la constancia y la responsabilidad refuerza la autoestima.
- Celebrar el final de los exámenes con un plan familiar o una comida especial cierra el periodo con una sensación positiva.
- Hablar del error como parte del aprendizaje. Si los resultados no son los esperados, pensar juntos y analizar qué se puede mejorar sin juzgar.
Fuente: Luciana Rossi. Vicedirectora en Nueva Escuela Argentina 2000. Docente
Instructora de Meditación y Mindfulness.
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