En nuestro día a día, la búsqueda de productividad y eficiencia muchas veces nos hace concentrarnos únicamente en nuestras tareas. Sin embargo, la regla de los tres metros, desarrollada en países nórdicos, propone un enfoque diferente: prestar atención activa a todo lo que sucede en un radio de tres metros a tu alrededor.
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Este concepto fue popularizado por Meik Wiking, director ejecutivo del Instituto para la Búsqueda de la Felicidad de Copenhague, en su libro Hygge Work: Cómo encontrar la felicidad en el trabajo y en la vida cotidiana. Según Wiking, se trata de asumir responsabilidad por lo que ocurre cerca de nosotros, ya sea ayudar a un compañero, atender a un cliente desorientado o colaborar en una tarea que no sea estrictamente nuestra.
La clave está en fomentar relaciones cercanas y contacto positivo: solo se necesita atención y disposición para conectar con quienes te rodean. No se trata de cargar individualmente con todas las tareas del equipo, sino de actuar con responsabilidad y generosidad dentro de un pequeño ámbito de acción.
Beneficios de aplicar la regla de los tres metros
Numerosos estudios sobre felicidad laboral muestran que las personas que practican este hábito experimentan:
- Mayor sensación de bienestar y motivación.
- Reducción del estrés gracias al contacto social positivo.
- Mejoras en la comunicación y cooperación entre colegas.
- Incremento de la sensación de pertenencia y comunidad en el trabajo.
Incorporar esta práctica en tu rutina diaria puede transformar la dinámica de tu entorno, haciendo que el día sea más ameno y productivo, y fomentando relaciones más empáticas y colaborativas.
¿Cómo ponerla en práctica?
Aplicar la regla de los tres metros es muy sencillo: saludá a quienes estén cerca y observá si necesitan ayuda. También podés prestar atención a tu entorno inmediato y asegurarte de que todo esté en orden.
Por ejemplo, si trabajás cerca de un estante con libros a punto de caerse, acomodalos; si algo funciona fuera de lo habitual, intentá solucionarlo o avisá a tu equipo. La idea es convertirse en un agente de colaboración y cuidado en un pequeño radio de acción, fomentando un entorno más positivo y productivo para todos.
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