Es una de las mayores inversiones del año escolar: por eos tenemos que saber qué detalles observar para gastar bien nuestro dinero. Además, consejos de mantenimiento para que siempre luzca como nueva.
Aunque gastemos mucho dinero en ellas, muchas veces las mochilas se rompen antes de tiempo porque no resisten los embates del diario ir y venir de casa al colegio. ¿Qué hay que saber a la hora de comprar una nueva mochila para que dure más tiempo?
-Cuando elegimos un carro debemos tener en cuenta como primer punto las ruedas: la calidad del material, el rodamiento, la estructura a la que están adosadas. Un buen ejercicio es ver una mochila cargada: de esta manera se puede reconocer la estabilidad del carro cuando lleva peso.
-Es importante ver el arrastre de las tiras cuando la mochila se utiliza en versión carro; si quedan colgando y se arrastran, no sólo se manchan sino que se corren y desgastan. Algunas firmas cuentan en el extremo de la tira con un velcro que permite unir el sobrante de tira a la espalda del carro, para que esto no suceda. Son detalles que hacen al buen mantenimiento de la mochila.
-Revisar que la manija regulable les quede cómoda a chicos (y a los padres también). A la hora de elegir, utilizarla y recorrer alguna superficie. Es clave que revisen la calidad de los materiales, tanto de la mochila como del plástico del carro.
La mochila debe durar mínimo el año escolar. Como todos los accesorios portantes, es clave el buen uso y mantenimiento para que esté en buenas condiciones.
Una mochila de jardín de buena calidad puede resistir hasta empezar la primaria. Una escolar conlleva más exigencias a nivel peso y desgaste, pero si es de buena calidad y se usa con amor, debería resistir 2 o 3 años de uso perfectamente.
Por lo general, los carros duran menos tiempo porque llevan mucho peso y las ruedas pueden ir desgastándose a lo largo de los años. Por eso es clave elegir bien y revisar la calidad del producto antes que nada.
-Las mochilas deben ser fácilmente lavables, así que es ideal una vez por mes darles una “ducha” de cara y probablemente las vean como nuevas.
-Un buen ejercicio es vaciarlas algún fin de semana, revisar que no haya contenido suelto que pueda dañarla, ventilarla y volverla a ordenar para comenzar la semana.
-Lo mismo con las luncheras y las cartucheras. Al mantenerlos a punto quitando los elementos y limpiando las superficies, siempre van a lucir como recién compradas.
Asesoró: Valeria Luchansky