La princesa Amalia de Países Bajos, heredera al trono, brilló en la cena de gala del Gran Palacio Ducal de Luxemburgo con un vestido verde esmeralda que combinó sofisticación y simbolismo. La joven de 21 años compartió la velada con su madre, la reina Máxima, y otros miembros de la realeza europea, marcando un hito en su agenda internacional.
Una noche histórica en Luxemburgo
El 3 de octubre de 2025, el Gran Palacio Ducal de Luxemburgo fue escenario de una cena de gala en honor a la abdicación y proclamación del nuevo gran duque. La princesa Amalia asistió junto a la reina Máxima, quienes se destacaron por su elegancia y porte real.


Según los medios europeos, la ocasión combinó protocolo, tradición y un ambiente festivo, con invitados de distintas casas reales del continente. Amalia, como heredera al trono de los Países Bajos, desempeñó un papel central, saludando a los presentes y siendo foco de los flashes de la prensa internacional.
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El vestido verde esmeralda que deslumbró
Para la velada, la princesa eligió un vestido de Monique Lhuillier en verde esmeralda. El diseño contaba con:
- Corpiño tipo corsé, que marcaba la cintura y estilizó su silueta.
- Mangas largas de tul transparente, con detalles de bordado de lentejuelas que aportaban brillo y delicadeza.
- Falda de tul amplia, con ligera caída y cola, que le dio un efecto etéreo y elegante al caminar.
El color verde esmeralda fue elegido no solo por su sofisticación, sino también por su simbolismo: renovación, esperanza y juventud, acorde a la nueva etapa que representa la princesa en la agenda internacional y su rol como futura reina.


Accesorios, peinado y maquillaje
Amalia complementó el look con:
- Tiara de rubíes, heredada de la Casa Real, una pieza que ya había usado en ocasiones anteriores.
- Broche amarillo en la cintura, que armonizaba con la banda de honor de la princesa.
- Maquillaje suave y natural, con énfasis en ojos ahumados y labios nude.
- Peinado recogido con ondas suaves, que dejaba al descubierto la tiara y aportaba elegancia al conjunto.
Cada detalle reforzó la formalidad y la solemnidad del evento, demostrando el cuidado que la joven princesa pone en su imagen pública.

Compañía real y protocolo
Durante la cena, Amalia estuvo acompañada de su madre, la reina Máxima, y de invitados de otras casas reales europeas. La presencia de ambas generó una conexión especial en el público y la prensa, quienes destacaron la armonía entre madre e hija y la gracia con que Amalia se maneja en eventos oficiales internacionales.
La princesa también tuvo oportunidad de interactuar con diplomáticos y líderes europeos, mostrando seguridad y naturalidad, consolidando su imagen como futura reina y representante de los Países Bajos en el exterior.


Reflexión sobre el look y la proyección internacional
El vestido verde esmeralda de Amalia no solo fue un acierto estético, sino que marcó su proyección internacional como heredera del trono, combinando juventud y tradición. Cada elemento, desde la elección de la diseñadora hasta los accesorios, reflejó su rol institucional y el cuidado de su imagen pública.
Con este look, Amalia demuestra que, además de ser heredera y estudiante, sabe combinar la elegancia con la frescura de su edad, consolidando su lugar entre las jóvenes royals europeas más observadas.
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