El blazer se vuelve protagonismo en nuestros guardarropas y es la prenda perfecta para los cambios de temperatura repentinos.
El blazer es sinónimo de elegancia y ya logró instalarse como una pieza básico del guardarropas por sus amplias cualidades: es práctico, versátil y se adapta a todos los escenarios.
Sin embargo, es en otoño o primavera cuando adquiere mayor relevancia ya que tiene el poder de conseguir estilismos perfectos y que se adaptan a las temperaturas propias de la estación.
Desde el clásico blazer negro, camel, azul o gris hasta los estampados o escoceses, lookearse con un blazer es una apuesta segura y para siempre.
Un básico de manual. Un infalible. Esta prenda nos salva desde los días en la oficina hasta las noches de fiesta.
Con vestidos, pantalones, jeans y hasta jogguers, esta prenda se suma para darle presencia y protagonismo a tu outfit.
El blazer trasciende año tras año, y su esencia nunca cambia. Lo que cambia son sus siluetas más amplias, oversize, más largos o hasta entallados. El denominador común pasa por no tener miedo a la hora de adoptarlo en distintos tonos, texturas o estilos.
Si te animás podés sumarle un cinturón por encima para así marcar la cintura y también lograr un estilismo diferente al que estas acostumbrada a llevar.