Cindy Crawford abrió su corazón en una entrevista con Monica Lewinsky para el pódcast Reclaiming, donde repasó los desafíos de envejecer siendo figura pública, el impacto de la fama y las lecciones que le dejó la vida personal y profesional.
“A los 50 años, para una mujer, puede ser abrumador, especialmente si estás en el ojo público”, afirmó. Reconocida mundialmente como uno de los rostros más icónicos de los 90, Crawford habló sobre cómo construyó su imagen sabiendo que era solo una parte de ella: “Cindy Crawford es un producto, no la totalidad de mi persona”.
También criticó la cultura edadista: “Vivimos en una sociedad que ensalza la juventud y genera presiones constantes para mantener una imagen perfecta”.
La familia como refugio y motor
Crawford rememoró su infancia en el Medio Oeste de EE.UU., donde se destacaba como estudiante más que por su belleza. Uno de los momentos más marcantes de su vida fue la pérdida de su hermano menor, Jeff, por leucemia: “Mi madre pasó por mucho”, expresó, reconociendo la resiliencia materna como inspiración.
La fe y la comunidad también fueron pilares en ese duelo. Para ella, el silencio de los otros frente al dolor fue más impactante que cualquier palabra: “Me ayudó a desarrollar una empatía más profunda”.
Inteligencia, intuición y un camino propio
Aunque comenzó una carrera en ingeniería química con una beca en Northwestern University, el modelaje cambió su rumbo. En sus palabras: “No sabía que modelar podía ser un trabajo real”. Durante años desafió prejuicios sobre la inteligencia de las modelos: “Cuando me trataban como si fuera tonta, eso decía más de ellos que de mí”.
Uno de los hitos más importantes de su carrera fue crear Meaningful Beauty, su propia línea de cuidado de la piel. “No podía promocionar un producto en el que no creyera”, dijo sobre su decisión de emprender con autonomía.
Reescribir la historia en primera persona
Como productora ejecutiva de Las supermodelos, el documental de Apple TV+, junto a Naomi Campbell, Linda Evangelista y Christy Turlington, quiso asegurarse de narrar su versión. “Queríamos contar nuestra historia antes de que alguien más lo hiciera”, explicó.
Comparó el grupo con una banda musical: “Éramos cuatro mujeres distintas, pero juntas éramos más que la suma de las partes”. Reconoció que existía cierta competencia, pero sin resentimiento: “A veces pensaba ‘me hubiera gustado hacer esa sesión’, pero no deseaba que la otra no la tuviera”.
Un nuevo ritmo de vida
Hoy vive una etapa diferente. Con sus hijos adultos, atraviesa el llamado “nido vacío” junto a su esposo Rande Gerber. En Miami encontraron un nuevo ritmo, tras los incendios que los afectaron en la costa californiana: “Estamos disfrutando mucho esta etapa de reconexión”.
La entrevista concluyó con un mensaje claro: a sus 50 años, Cindy Crawford se reivindica como una mujer que encontró equilibrio entre su imagen pública y su esencia privada. “Estoy reclamando mi vida en pareja, disfrutando de esta nueva etapa”, cerró con serenidad.
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