"Decidieron abandonarla": el trágico final de la alpinista rusa que, congelada y herida, cumplió años esperando un rescate que nunca llegó - Revista Para Ti
 

"Decidieron abandonarla": el trágico final de la alpinista rusa que, congelada y herida, cumplió años esperando un rescate que nunca llegó

El caso de Natalia Nagovitsyna conmociona a Rusia y al mundo: la joven escaladora quedó atrapada en la montaña, herida y congelada, mientras sus compañeros decidieron continuar la expedición. Su cumpleaños se convirtió en una pesadilla y su muerte en un símbolo de abandono.
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Cumplió 48 años atrapada en la montaña, sola, con la pierna fracturada, esperando un rescate que nunca llegó. El 12 de agosto, la alpinista rusa Natalia Nagovitsyna sufrió una caída en el Pico Pobeda, la cima más alta y peligrosa de Kirguistán, a 7.000 metros de altura. Se fracturó una pierna en medio del hielo eterno. Desde entonces, quedó atrapada en una grieta, rodeada de nieve, viento y silencio. Durante días esperó a los rescatistas. Pero la montaña fue más fuerte.

Un destino marcado por la tragedia

La historia de Natalia parece perseguida por la fatalidad. Cuatro años atrás, en 2021, perdió a su esposo Sergei durante una expedición en Kazajistán. En aquel momento, un alpinista italiano, Luca Sinigaglia, logró salvarla y devolverla al campamento base.

Antes de sufrir la caída y fracturarse la pierna
Antes de sufrir la caída y fracturarse la pierna

El destino volvió a cruzar sus caminos en el Pobeda. Esta vez, Luca intentó rescatarla el 15 de agosto, pero la montaña lo venció: murió a los 49 años de un edema cerebral. Su cuerpo yace ahora, congelado, en una grieta cercana a donde Natalia cumplió sus 48 años, aislada y herida.

La montaña que no perdona

El Pico Pobeda, conocido como “Pico de la Victoria”, es una de las montañas más implacables de Asia Central. Las temperaturas bajan a -30 °C por la noche, y el viento convierte cualquier intento de rescate en una misión suicida.

“Seamos realistas: este año las condiciones meteorológicas no permitirán que los rescatistas accedan a Nagovitsyna”, declaró una fuente del Ministerio de Emergencias de Kirguistán.

El 16 de agosto, un helicóptero militar con seis rescatistas intentó llegar hasta ella, pero las tormentas lo obligaron a aterrizar antes de alcanzar la cumbre. Varias personas resultaron heridas. Un dron enviado a la zona vio que Natalia daba señales de vida.

El cumpleaños más cruel

El 20 de agosto, Natalia cumplió 48 años. Nadie pudo abrazarla. Nadie pudo cantarle. La pasó congelada, en la soledad inmensa de la montaña, con una pierna rota y la esperanza deshaciéndose con cada tormenta de nieve.

El 20 de agosto cumplió 48 años.
El 20 de agosto cumplió 48 años esperando su rescate

Los rescatistas sabían que no podrían traerla de vuelta. La decisión fue terrible: dejarla allí, como a tantos otros que el Pobeda se cobró antes. Dejarla morir, abandonada a la eternidad del hielo.

El eco de un adiós

Hoy, los expertos creen que Natalia probablemente ya esté muerta. Su historia es un grito de la montaña, un recordatorio brutal de lo que significa desafiarla. Murió —o muere lentamente— como vivió: en la cima, empujada por la pasión y el dolor, con la tragedia como compañera de ruta.

Queda la imagen de una mujer que perdió a su marido en la montaña, que fue salvada una vez por el mismo hombre que ahora entregó su vida por ella, y que finalmente quedó sola, atrapada, congelada en un cumpleaños que nunca debió celebrarse así. En el silencio blanco del Pobeda, Natalia Nagovitsyna se convierte en leyenda.

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