Es crochetista, su vida cambió gracias a los amigurumis y hoy es un fenómeno mundial: la historia de Yanina Schenkel
 

Es crochetista, su vida cambió gracias a los amigurumis y hoy es un fenómeno mundial: la historia de Yanina Schenkel

Pica Pau
Con más de 150 personajes y cuatro libros publicados en varios idiomas, la diseñadora lleva una exitosa marca que nació debido a su creatividad y personalidad.
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Yanina Schenkel es quien está detrás de Pica Pau, una marca de amigurumis que es un éxito rotundo. La diseñadora y crochetista comenzó a tejer en los viajes en los que iba camino a la facultad. Si bien al principio, hacía sólo carteras, encontró en la realización de estos simpáticos animalitos algo que cambiaría todo. En una entrevista con Para Ti, la joven quilmeña nos cuenta acerca de este emprendimiento que se ganó el corazón de chicos y... también de grandes.

-¿Alguna vez imaginaste que hacer amigurumis te iba a permitir
llegar a tanta gente con tu arte?

-Definitivamente no, jaja. Cuando empecé era algo que nadie hacía y me lo tomaba como un pasatiempo divertido para tejerle muñequitos a mi hijo mayor cuando era chiquito…jamás pensé que se iba a convertir en mi trabajo, y menos que menos que se iban a hacer tan populares.


-¿Cómo fueron los primeros diseños de tus personajes? ¿En qué te
inspiraste para hacerlos?

-Los primeros fueron muy sencillos porque estaba aprendiendo la técnica. No existía Instagram, Facebook recién empezaba y no había videos de Youtube explicando cómo tejer muñecos. Así que con la ayuda de un par de blogs de diseñadoras de afuera fui entendiendo como hacerlos e inmediatamente comencé a probar diseñar mis propios personajes. Yo ya dibujaba personajitos (estaba estudiando Bellas Artes en la UNA en ese momento) así que, poco a poco, fui llevando esos animales y bichitos que dibujaba a su versión tejida.

-¿Cuándo nació Pica Pau? ¿Tiene algún significado el nombre?

-Pica Pau nació en marzo del 2009. Pica Pau es una palabra en portugués y quiere decir “pájaro carpintero”. Mi mamá y toda mi familia por parte de ella es brasileña, yo pasé gran parte de mi infancia allá, y el nombre Pica Pau siempre me resultó divertido. Al mismo tiempo, es una palabra fácil de pronunciar en cualquier idioma, podía usarlo para cualquier cosa o producto que hiciera y, al mismo tiempo, el movimiento de la aguja al tejer al crochet se puede ver como un picoteo, jeje (de hecho, es común leer “picar la aguja”).

Algunos personajes que forman parte del mundo de Pica Pau. Fotos: IG.
Algunos personajes que forman parte del mundo de Pica Pau. Fotos: IG.



-¿Por qué elegís realizar animales y no otro tipo de personajes?

-Porque me gustan muchos los animales, jeje. La verdad es que nunca me convencían los personajes humanos que dibujaba, entonces siempre dibujaba animales (antes de empezar a tejer) y de ahí, todos mis personajes solían ser animales (realistas o antropomorfos). Por otro lado, todos mis dibujos animados preferidos, las ilustraciones en los cuentos y los personajes de Jim Henson (el creador de los Muppets, Laberinto, etc) casi siempre eran animales, y siempre fueron los que más me gustaron.

Por eso, cuando empecé a tejer, sólo tenía personajes animales. Y no me siento cómoda tejiendo personajes de otros autores, salvo que esos mismos autores me lo pidan explícitamente, prefiero hacer los que dibujo yo.

-¿Sos la primera en tu familia que se dedica al tejido o alguien más lo hace?

-Sí, soy la primera. Mi madre sabe tejer en dos agujas (tricot) y cuando yo era chica nos hizo un par de sweaters pero hace siglos que no teje, jaja. Así que sí, soy la primera (al menos que yo sepa).

"Poco a poco, fui llevando esos animales y bichitos que dibujaba a su versión tejida", dijo Schenkel.
"Poco a poco, fui llevando esos animales y bichitos que dibujaba a su versión tejida", dijo Schenkel.

Yanina Schenkel: "Todavía muchos siguen pensando que es mi pasatiempo"

-Ya llevás cuatro publicaciones, ¿cómo fue el impacto de estos libros a nivel personal y profesional?

-Enorme. Ser “autora”, aunque sea de libros de instrucciones, es definitivamente algo que jamás se me hubiera ocurrido que iba a pasar. Amo los libros. Tanto el contenido como el objeto libro en sí mismo. Todavía me emociona verlos en las librerías, y ni hablar cuando mi editora me dice que se va a traducir a un nuevo idioma, es algo que todavía me cuesta creer. Es hermoso.

Y a nivel profesional, tal vez siento que es una forma de confirmarme que mi trabajo es “profesional”, algo que en el mundo del tejido todavía cuesta mucho aceptar. Tanto por parte del público general (pensar que es más que es un pasatiempo para los que nos dedicamos a esto) como por parte de la comunidad de tejedoras/es y diseñadoras/es, que muchas veces nos cuesta horrores ponerle un valor a lo que hacemos, valor nosotros mismos nuestro trabajo y carreras en el tejido. Así que ver todo ese conocimiento y contenido que generamos en formato libro es extremadamente grato.


-¿Cómo fueron estas colaboraciones internacionales?

-Las colaboraciones editoriales comenzaron hace muchos años. Siempre digo que, en ese sentido, a pesar de que no existían las redes sociales como las conocemos ahora, tuve suerte porque éramos muy pocas diseñadoras y me hice “conocida” en el ambiente de los muñecos tejidos relativamente rápido. Y como acá todavía no existían editoriales que se animaran a publicar nada así, mis primeros patrones se editaron en publicaciones extranjeras, tanto en revistas como en libros de compilados de varias diseñadoras.

Las colaboraciones con hilados son más recientes, porque también es una práctica relativamente reciente que las marcas de hilados apuesten a las diseñadoras “con nombre y apellido” para promocionar sus productos o generar nuevos.

Aclaro, por las dudas, que siempre tuvimos nombre y apellido, solo que hace relativamente pocos años que tanto las publicaciones como las marcas de hilados reconocen las diseñadoras y diseñadores que hay detrás, algo que definitivamente puede beneficiar a ambas partes, pero que antes no era “costumbre”.

En ambos casos, es súper interesante tener esa llegada a nivel internacional. A veces se hace un poco engorroso, porque estamos “lejos”, y las idas y vueltas de productos a veces suelen ser un dolor de cabeza (a nivel logístico y de tiempos), pero poder generar nuevos productos y contenido desde nuestro país hacia el resto del mundo siempre es bienvenido y agradecido.

Actualmente, la diseñadora lleva más de 150 personajes creados. Fotos: IG.

-¿Qué consejo le darías a alguien que quiere iniciarse en el mundo del crochet?

Paciencia, mucha paciencia, tiempo y constancia, porque es una actividad en la cual tenemos que aprender a usar herramientas y hacer movimientos que probablemente nunca hicimos. Es algo así como aprender a tocar un instrumento: tenemos que enseñarle cosas a nuestro cuerpo, y tenemos que aprender a leer el lenguaje del tejido. Y eso requiere que nos tengamos mucha paciencia, porque nos vamos a equivocar mucho y vamos a tardar mucho en que lo que tejamos salga parecido a lo que vemos en la pantalla o en un libro.

Y, sí después del momento de enamoramiento que genera descubrir una nueva actividad/pasatiempo y la emoción de que nos salga más o menos bien, se interesan mucho y barajan la posibilidad de dedicarse al tejido a nivel profesional, hay que dedicarle más tiempo y tomárselo en serio. O sea, el resultado es algo que casi todos consumen como pasatiempo, pero dedicarse al tejido como trabajo no deja de ser un trabajo: hay que estudiar, profesionalizarse (aunque sea de manera casi autodidacta), y eso requiere mucho tiempo y dedicación (aunque lo hagamos desde casa).

Sé que ahora la percepción del tiempo cambió mucho, pero desde que yo empecé a tejer muñecos (año 2008) hasta que publiqué mi primer libro, que me tomaran “en serio” (como profesional) pasaron casi 7 años. Y todavía sigo aprendiendo…y todavía muchos siguen pensando que es mi pasatiempo, jajaja.



- ¿Tenés algún objetivo o sueño por cumplir con Pica Pau?

-¡Si! Además de que todavía me quedan cientos de animales por tejer, me encantaría poder escribir más historias para los personajes, cuentos. A pesar de que siempre les escribo una pequeña introducción, la historia personal de cada personaje, realmente me gustaría mucho poder ahondar un poco más y escribir (y tal vez dibujar) historias con ellos.  

-¿Con qué dificultades te encontraste a la hora de hacer tu
emprendimiento y cómo las enfrentaste?

-Fuera de los obstáculos con los que cualquiera que intente emprender se pueda encontrar (tiempo, dinero y otras dificultades que la mayoría de las veces están más allá de las voluntades y posibilidades individuales), en mi caso, mi mayor impedimento suele ser mi dificultad para delegar y comunicarme…por eso trabajo sola, jeje.

Quiero decir, de por si me cuesta bastante comunicar bien lo que necesito o quiero, entonces me cuesta mucho decir que no o pedir cosas que me corresponden (realmente me cuesta horrores pedir cualquier cosa, hasta que me paguen lo que me deben, me genera un estrés enorme y soy capaz de dejarlo pasar solo para no tener que enfrentar esa situación).

Y de esa “dificultad”, y tal vez cierta ingenuidad, como creer en la palabra de cualquier persona y no firmar contratos escritos, me choqué un par de veces con situaciones muy angustiantes, muy dolorosas e injustas que me llevaron a querer dejar todo y dedicarme a cualquier otra cosa. Muchas horas de terapia, jaja.

Y en esos momentos, lo primero que me ayudo a superarlo fue el cariño de las personas que disfrutan de mi trabajo. Este es un trabajo extraño en ese sentido, porque además de hacer las cosas “bien” (que los patrones funcionen) también tienen que gustar. Y ese gustar, de alguna forma, creo que genera un vínculo especial con el público, que se compromete mucho con la persona que está del otro lado. A pesar de que siempre hay alguna persona que te descoloca (los niveles de violencia en redes se sienten mucho hasta en el idílico mundo de los muñequitos tejidos al crochet), la cantidad de cariño y aguante que se recibe de las personas que siguen nuestro trabajo es increíble y, en la mayoría de los casos, lo que más fuerza me da para seguir adelante.

Yanina Schenkel. Fotos: IG.

Pero, obviamente, a veces no es suficiente solo ese cariño, sino que no queda otra que adaptarse un poco a la realidad o a las experiencias, así que cada vez que encaro un nuevo proyecto trato de tener en cuenta que es muy probable que no salga como yo pensaba, que siempre existe la posibilidad de que el otro no actué como uno esperaba (por más sincero que me haya parecido al principio), tratando de medir un poco mejor los pro y los contra de cada proyecto….y dejando todo lo que se pueda por escrito y con contrato, jajaja.

Si, sé que no es lo mejor o más saludable estar pensando que siempre todo puede salir mal, y sería hermoso que nadie se quisiera aprovechar del otro, pero lamentablemente, al menos en mi experiencia, es demasiado probable que uno se choqué mil veces con estas situaciones (y yo soy malísima enfrentándolas).

Fuera de todo eso, lo genial, es que cuando las cosas salen bien (que también son muchas, sino no estaríamos hablando de esto) y te cruzás con gente honesta, amorosa, que valora el trabajo que haces y aman lo que hacen, la sensación es incomparable, te hacen olvidar de todos esos malos tragos y querés seguir haciendo esto por muchos muchos años más.

Fotos: IG Picapau (https://www.instagram.com/picapauyan/?hl=es)

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