Alejandra Martínez saltó a la escena pública cuando participó de la segunda edición de Gran Hermano Argentina, en 2002, siendo muy joven y con el deseo de forjarse un camino en los medios. Lo que podría haber quedado como una fama efímera fue, para ella, el punto de partida de una carrera construida con trabajo, estudio y determinación.
Tras sus primeros años en TV y el modelaje, Alejandra decidió formarse: se recibió de contadora en la Universidad de Córdoba y luego completó su formación en periodismo deportivo (TEA Deporte). Ese bagaje académico y su constancia le permitieron dar el salto hacia programas especializados en automovilismo y deportes.

Su carrera en el periodismo deportivo
Su gran consolidación vino con ciclos ligados al automovilismo: fue conductora en El Garage y, en años recientes, forma parte del staff que cubre la F1 en señales como ESPN/Star+ (El Show de la F1) y en DirecTV Sports. En esas coberturas se ganó reconocimiento por su conocimiento técnico y su capacidad para explicar la carrera con claridad y criterio, algo clave en un ambiente históricamente masculinizado.
Un perfil público pero con vida privada reservada
En redes, Alejandra combina profesionalismo y cercanía: muestra entrenamientos, viajes, looks y algunos momentos familiares, pero mantiene la vida personal con discreción. Su cuenta de Instagram y sus posteos desde circuitos (por ejemplo, tras la cobertura de un Gran Premio en Brasil) muestran el detrás de escena de una periodista en plena actividad.
Después de su salida de GH se casó con el corredor Juan Pablo Rossotti (un expiloto de automovilismo)y fue madre de dos hijos, Sofía y Benicio, pero siempre eligió mantener esa faceta lejos de la exposición: en redes muestra solo destellos muy cuidados de su intimidad y prefiere que el foco esté en su trabajo.

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