"No se la tragó la tierra ni el mar": el crudo posteo de la hija de Juana Morales, a más de un mes de la desaparición de su mamá - Revista Para Ti
 

"No se la tragó la tierra ni el mar": el crudo posteo de la hija de Juana Morales, a más de un mes de la desaparición de su mamá

Aldana Botha, hija de Juana Morales —la jubilada que lleva más de un mes desaparecida en Comodoro Rivadavia— volvió a reclamar justicia con un mensaje desgarrador. Asegura que su mamá “no se esfumó” y exige que la investigación avance para saber qué ocurrió realmente. Su pedido desesperado volvió a movilizar a toda la ciudad.
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En Comodoro Rivadavia el tiempo parece haberse detenido desde el día en que Juana Morales, una jubilada muy querida en su barrio, desapareció sin dejar rastro. Ya pasó más de un mes y la familia sigue sin respuestas claras, sin novedades y sin una línea firme de investigación. En medio del silencio oficial y de la incertidumbre que crece, su hija Aldana Botha volvió a expresar públicamente el dolor que la atraviesa desde el primer día.

Con un mensaje profundo, honesto y desgarrador, Aldana rechazó las hipótesis que intentan explicar la ausencia de Juana como un hecho “casual” o “inexplicable”. “Las personas no desaparecen porque sí”, escribió. Su publicación, cargada de angustia y de una determinación que se mantiene intacta, reactivó el reclamo de justicia y la necesidad urgente de que el caso avance.

La ciudad entera se hizo eco de sus palabras y volvió a preguntarse lo mismo que su familia: ¿qué pasó realmente con Juana Morales?

La desesperación de la hija de Juana Morales

Ya pasó más de un mes desde que Juana Morales desapareció en Comodoro Rivadavia. Treinta días de incertidumbre, silencio y versiones encontradas. Treinta días sin una respuesta, sin una pista firme, sin una explicación oficial. En ese vacío insoportable, su hija Aldana Botha decidió poner en palabras lo que siente y lo que teme: que su mamá no desapareció porque sí, y que la familia sigue sin respuestas.

Aldana escribió un mensaje que expone la herida abierta que atraviesan: “Ya va más de un mes sin mi mamá Juana. Más de un mes que mi mamá no aparece, y aunque espere como me piden, las respuestas no llegan. Nadie llama… nadie tiene novedades… no hay explicaciones para nada.”

El mensaje es un reclamo, pero también una súplica. Una manera de sostener a su madre en la memoria pública para que el caso no se apague. Porque, como ella misma aclara, “las personas no desaparecen porque sí”. Con dolor, pero con absoluta claridad, Aldana remarca: “A la gente no se la traga el mar ni la tierra así, sin explicación. Mi mamá Juana no se esfumó. A mi mamá le pasó algo, y merecemos saber qué.”

Una familia que pide justicia y respuestas

Desde el primer día, la familia de Juana reclama que la investigación avance, que se profundicen las hipótesis y que se ordenen medidas concretas. La ausencia de novedades se transformó en angustia diaria y en un agotamiento emocional que Aldana no intenta disimular: “Duele, desespera y cansa tener que seguir pidiendo lo obvio… que se investigue como corresponde, que se haga justicia, que este no sea un caso más de Comodoro Rivadavia que queda en el olvido.”

A pesar del desgaste, insiste. Nombra a su mamá todos los días, publica su foto, comparte información, pide datos que puedan ayudar a reconstruir el último rastro. Sabe que cualquier detalle, por pequeño que parezca, puede ser clave: “Sigo pidiendo por cualquier dato, por insignificante que parezca, puede ser importante…”

El miedo al olvido

El mensaje también es un llamado a la empatía social. A no soltar la mano de una familia que está viviendo un infierno. “Gracias a los que comparten, preguntan y nos acompañan en este camino tan doloroso… Gracias a los que no miran para otro lado.”

Pero detrás del agradecimiento late otro sentimiento: el horror a que todo quede en silencio. A que la desaparición de Juana se transforme en un expediente más. “Mi mamá tiene una familia y un montón de gente que la ama y la está esperando. Que la verdad salga a la luz. No se olviden de mi mami.”

“Te sigo esperando acá, mami”

La última frase del posteo es una mezcla de amor, desesperación y fe. La frase de una hija que no se resigna. “Te sigo esperando acá, mami. Esto no va a quedar así. Yo no me olvido de vos. Te amo. Y Dios hará justicia.”

Aldana no pierde la esperanza. La sostiene como puede, con publicaciones diarias, con pedidos a la comunidad, con una convicción inquebrantable: la verdad tiene que aparecer.

Mientras tanto, Comodoro sigue buscando respuestas. Y Juana, una mujer querida, una madre, una amiga, sigue siendo esperada. Porque ella no se esfumó. Porque alguien sabe algo. Porque una familia entera necesita que la justicia empiece, de una vez, a dar respuestas.

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