La Casa Real Noruega atraviesa uno de los momentos más delicados de los últimos años. A pocos días de cerrar un 2025 especialmente complejo para la monarquía, el Palacio emitió un comunicado urgente en el que informó que la enfermedad respiratoria de la princesa Mette-Marit de Noruega ha empeorado y que los médicos ya están evaluando la posibilidad de un trasplante de pulmón.
La esposa del príncipe heredero Haakon, de 52 años, fue diagnosticada con fibrosis pulmonar en 2018, una enfermedad crónica que provoca cicatrices en los pulmones y reduce progresivamente la capacidad de absorción de oxígeno. Desde entonces, su estado de salud ha sido motivo de atención constante y ha obligado a modificar su agenda oficial en varias ocasiones.

“El otoño pasado se le realizaron varias pruebas que muestran una clara evolución negativa en la salud de la princesa heredera. Por lo tanto, los médicos del Rikshospitalet han iniciado los preparativos para evaluar su posibilidad de un trasplante de pulmón”, señala el comunicado oficial difundido por la Casa Real.
La noticia causó impacto, ya que hasta ahora no se sabía que el daño en su sistema respiratorio fuera tan avanzado. Are Martin Holm, jefe de departamento y profesor de Neumología del Rikshospitalet, explicó que el proceso aún está en evaluación:
“Nos acercamos al momento de realizar un trasplante de pulmón y estamos realizando los preparativos necesarios para que sea posible cuando llegue ese momento. Aún no se ha decidido cuándo la princesa heredera entrará en la lista de espera”.

El especialista aclaró además que la princesa no tiene prioridad sobre otros pacientes y que habitualmente hay entre 20 y 40 personas en lista de espera. “Es una operación importante y da miedo”, reconoció Holm en rueda de prensa, aunque destacó que existe esperanza. También subrayó que los trasplantes de pulmón solo se realizan cuando son absolutamente necesarios y que la enfermedad de Mette-Marit es grave.
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Agenda adaptada y acompañamiento familiar
Pese a la complejidad del cuadro, la Casa Real aseguró que la princesa mantiene su compromiso institucional. “La princesa heredera necesita cada vez más descanso y recuperación, pero al mismo tiempo tiene un fuerte deseo de seguir trabajando. La agenda se adaptará para que su estado de salud y sus labores oficiales se puedan compaginar de la mejor manera posible”, indicaron.

De hecho, este mismo viernes está previsto que participe en un almuerzo oficial junto a los reyes Harald y Sonia, su esposo el príncipe Haakon y su hija, la princesa Ingrid, con miembros del Gobierno noruego en el Palacio Real. Días atrás, Mette-Marit también tuvo una participación activa en la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz en el Ayuntamiento de Oslo.
En todo momento, la princesa ha contado con el apoyo incondicional de su marido, quien no se ha separado de su lado y se muestra tan cercano y comprometido como el primer día.

Esta delicada situación sanitaria se suma a un contexto familiar y judicial complejo para la Casa Real. En febrero comenzará el juicio contra Marius Borg, el hijo que Mette-Marit tuvo antes de casarse, acusado de más de treinta delitos, entre ellos varias violaciones.

Mientras tanto, el estado de salud de la princesa heredera continúa siendo monitoreado de cerca, a la espera de definir los próximos pasos médicos en uno de los momentos más difíciles para la monarquía noruega.
Fotos: Fotonoticias.
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