El 3 de diciembre, Rocío Marengo se convirtió en mamá por primera vez tras atravesar un parto prematuro, un momento tan conmovedor como inesperado. Desde entonces, la modelo se mantuvo en contacto con sus seguidores para contar cómo evoluciona la salud de su hijo, Isidro, quien permanece bajo observación en Neonatología.
A través de sus historias de Instagram, Rocío compartió la noticia de que finalmente recibió el alta médica después de varios días internada. “Me dieron el alta y ya estoy en casa. Isi va a seguir unos días más en neo”, escribió, agradeciendo la atención “increíblemente maravillosa” que ambos recibieron en el Hospital Otamendi.
También se mostró profundamente emocionada por el cariño que recibió durante el último tiempo: “Tengo miles de mensajitos y regalitos. Gracias. De a poquito voy a ir compartiendo y agradeciéndoles personalmente. Estoy emocionada con tanto amor que nos dan a bebito y a mí”.
Pese al susto inicial y la complejidad de su primer parto, Rocío se mostró confiada en la evolución de su bebé: “Claramente no es nada fácil, pero bebito es un crack. Somos increíbles juntos. Mi compañerito, mi rey, mi todo”, expresó con ternura.

Ya instalada en su casa, la modelo vive un momento de alivio, calma y expectativa mientras Isidro termina de estabilizarse en Neonatología. La recuperación avanza con buenos signos, y Rocío no esconde su alegría por cómo está respondiendo su hijo día a día.
El emocionante relato de Rocío: cómo fue su parto
A través de un audio escuchado durante una reciente emisión de La Mañana con Moria (El Trece), Rocío contó cómo se desencadenó el nacimiento de Isidro. “Empecé el día normal, desayuné, me hicieron estudios y ahí se empezó a hablar de que había que sacarlo”, recordó.
El escenario se volvió repentinamente acelerado. “Llamamos a Edu y parecía que no llegaba. Entonces le dicen a mi hermana: ‘Cambiate y vení vos’. Después llegó Edu también. Fue todo muy a las corridas”, explicó.
En medio de la urgencia, la modelo admitió su miedo: “En un momento me asusté y dije: ‘¿Por qué no podemos esperar un poco más?’”. Sin embargo, describió el desenlace como “maravilloso, mejor que programado”.
El instante del nacimiento fue inolvidable: “Apenas nació, empezó a llorar y a moverse. Al segundo me lo pusieron en el pecho y se calmó al toque. No lo puedo creer”, relató profundamente emocionada.
Rocío Marengo y Eduardo Fort celebran un presente lleno de gratitud y esperanza. La llegada prematura de Isidro, atravesada por momentos de incertidumbre, se transformó en una historia de fortaleza, amor y unión familiar.
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