A los 19 años, Federico vivió un hecho que cambió su vida: un accidente en moto que le provocó la pérdida de una pierna. Lejos de dejarse vencer, decidió enfrentar la adversidad con fuerza y determinación, convirtiendo su experiencia en un ejemplo de superación.
Su historia se hizo pública durante su participación en el programa Trato Hecho, donde relató su recorrido personal. "Tuve un accidente hace 6 años y me cayó la moto encima y me cortó todo lo que es la rodilla, arterias, venas, me quebré la cabeza del fémur y caí internado en Junín, estuve 26 días ahí y me dijeron que tenía que estar dos años internado para ver si salvaba la pierna. Y si la salvaba me iba a quedar dura, pie equino se llama", comenzó relatando.
Y agregó: "Dije dos años es mucho tiempo, además de todo el dolor que estaba sufriendo, había bajado mucho de peso porque no comía, yo quería irme a mi casa. Caí en una depresión, así que el día 23 dije que querían que me cortaran la pierna, así que firmé y al día siguiente me amputaron"

Federico: "Por la pérdida que tuve soy el pibe que soy hoy"
En un momento del programa, Santiago Maratea le consultó si volvería a vivir aquel episodio que marcó un antes y un después en su vida.
Federico sorprendió con una respuesta cargada de madurez y resiliencia: “Sí, puede sonar un poco raro, pero a partir de la pérdida que tuve soy el pibe que soy hoy, no hubiera llegado a donde llegué hoy, creo que no hubiera tenido el corazón que tengo hoy en día”, expresó con sinceridad, tras expresar cómo lo salvó el deporte, gracias al cual no sólo recuperó su estabilidad emocional sino que además pudo dejar el alcohol y las drogas.
Asimismo, agregó: “Todo lo que nos pasa en la vida es para aprender, hay mucha gente que le pasa algo y se tira abajo, y no se pregunta el porqué ni nada, quizás me pasó esto para ser la persona que soy hoy”.

Como era de esperarse, sus palabras no solo emocionaron a Santiago Maratea, que lo escuchó con atención, sino también a todos los que estaban en el estudio, que lo aplaudieron conmovidos.
El joven encontró en la calistenia una vía de recuperación y un motor para reconstruir su rutina. Hoy, además de practicar y perfeccionarse, sueña con abrir un gimnasio de calistenia en su ciudad natal, Pergamino, para enseñar esta disciplina y motivar a otros a superar obstáculos similares.
La historia de Federico es un ejemplo de cómo, incluso en las circunstancias más difíciles, se puede elegir vivir plenamente, aprendiendo de cada experiencia y compartiendo esa fuerza con los demás.
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