Después de meses de obra, viajes y seguimiento personal del proyecto, Zaira Nara finalmente estrenó su casa en José Ignacio, uno de los destinos más exclusivos y naturales de Uruguay. La confirmación llegó este fin de semana y no fue casual: la modelo y conductora comentó en el Instagram del estudio a cargo de la obra una frase que lo dijo todo: “Me muero. Mi sueño”.
Zaira siempre mantuvo un vínculo especial con Uruguay. A lo largo de este año viajó en varias oportunidades para acompañar de cerca la construcción, supervisar avances y tomar decisiones clave. Hoy, ese proceso llegó a su fin: la casa está lista y será el escenario donde pasará las fiestas, inaugurando una nueva etapa.
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Zaira dio indicios de su mudanza y compartió imágenes desde su nueva casa
Este fin de semana, Zaira Nara dejó claras señales de que la casa ya está en pleno uso. A través de sus redes sociales, compartió fotos y momentos desde su nueva propiedad en José Ignacio, dando indicios concretos de su mudanza y del inicio de esta nueva etapa.
Las imágenes, tomadas desde distintos rincones de la casa, reflejan que el proyecto no solo está terminado, sino también habitado, confirmando que el sueño que siguió de cerca durante todo el año ya es una realidad.
Una casa integrada al paisaje de José Ignacio
Ubicada en José Ignacio, la propiedad se destaca por una arquitectura de líneas simples, materiales nobles y una fuerte conexión con la naturaleza. La casa adopta un estilo mediterráneo–campestre, con volúmenes bajos, muros en tonos tierra y una estética serena que dialoga con el entorno.
Las aberturas en arco son uno de los rasgos más distintivos del diseño, aportando identidad y suavidad a la fachada. La construcción se organiza en una sola planta, con una disposición horizontal que prioriza la luz natural y la circulación fluida entre los espacios interiores y exteriores.
Patios, verde y calma
El corazón de la casa es un patio central, rodeado de galerías y ambientes que se abren hacia el exterior. Allí se ubica una pileta rectangular, de diseño simple, pensada más como un espejo de agua que como un elemento protagónico, reforzando la sensación de calma y descanso.
El jardín, con vegetación autóctona, pastos altos y senderos de piedra, acompaña la idea de una vida relajada, lejos del ruido y en contacto permanente con el paisaje uruguayo.
Materiales nobles y estética minimalista
La casa combina paredes de revoque texturado, carpinterías de madera y tonos neutros que van del arena al beige. Todo está pensado desde una lógica minimalista, donde el lujo aparece en la simplicidad de los materiales, la proporción de los espacios y la armonía visual.
Las galerías techadas funcionan como espacios de transición ideales para el verano, permitiendo disfrutar del exterior en cualquier momento del día. Es una casa que invita a bajar el ritmo, habitar sin apuro y conectar con lo esencial.
Un sueño cumplido
Con esta casa, Zaira Nara concreta un proyecto muy personal. No se trata solo de una propiedad, sino de un refugio pensado para disfrutar en familia, celebrar fechas especiales y reconectar con una forma de vida más simple y natural.
Este fin de semana, el sueño se volvió realidad. Y José Ignacio se convirtió, definitivamente, en su nuevo lugar en el mundo.
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