Cada tendencia tiene su contracara. Y así como están los fanáticos de las cocinas en total white, ahora surgieron las cocinas en total black.
Laqueados y laminados negros le dan otro matiz de elegancia a bajomesadas y alacenas, islas, mesadas e incluso alzadas.
Las cocinas se volvieron depuradas y en esa actitud minimalista, se llevaron puestos a los tiradores. Para decirlo con todas las letras: la cocina moderna es lisa; blanca, gris o negra pero siempre, lisa.
La tendencia estuvo fomentada además por el perfeccionamiento en los sistemas de herrajes que permiten abrir y cerrar puertas y cajones con un suave desliz.
Es un nuevo chiche que cada vez se ve más en cocinas: las griferías sobre anafes.
De brazo largo y móvil, se ubican cerca de las hornallas para facilitar el llenado de las ollas.
Por tal motivo, van ubicadas casi por encima de la cocina. Hay de líneas antique o más modernas y se consiguen en la web.
Un dúo que llegó para instalarse. Si la tendencia a las cocinas abiertas venía a paso firme, la necesidad de abrir los espacios (pandemia mediante) hoy es primordial.
Islas chiquitas, medianas, gigantes... Se ubican donde pueden, ofrecen superficies extra de apoyo y le dan forma a cancherísimas barras donde desayunar e incluso comer en familia.
Estas bachas de losa blanca que surgieron originalmente para lavaderos, asomaron primero tímidamente en cocinas de estética country o vintage y hoy son muy buscadas para darle un toque rústico a la cocina.
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