Las manos son una de las partes del cuerpo con la piel más fina delicada y, pese a ello, las exponemos todo el tiempo: al clima, al sol o a los químicos de los productos de limpieza, sólo por nombrar algunos ejemplos. Te contamos cómo cuidarlas en pocos pasos.
A la hora de lavarlas es preferible que lo hagas con agua tibia tirando a fría. El agua caliente reseca mucho la piel y provoca deshidratación. Además te recomendamos que uses un jabón de pH neutro y que no frotes con mucha fuerza.
Como mínimo deberías hidratarlas dos veces al día, por la mañana y por la noche, con una crema específica. Si sos de piel seca, volvé a aplicarla las veces que sea necesario.
El frío y el viento son grandes enemigos de tus manos, sobre todo, si tu piel es seca. En los días más fríos, lo mejor es llevarlas cubiertas con guantes.
Cuando vayas a la playa o la pileta, no te olvides de aplicar el protector solar también en las manos, para evitar que con el tiempo aparezcan las temidas manchas. Y durante todo el año, especialmente más en primavera y verano, utilizá cremas de manos con SPF si vas a permanecer mucho tiempo en el exterior.
Los productos químicos, detergentes y el agua deterioran mucho las manos, y también las uñas. Así que la mejor protección es realizar todas las tareas con guantes.
Podés aplicar tu exfoliante facial o corporal con un masaje suave. Así, eliminarás las células muertas y estarás activando la circulación. Tus manos estarán más suaves y luminosas.
Si en algún momento notás tus manos más ásperas y estropeadas, aplicá una gruesa capa de crema antes de acostarte, y cubrilas con guantes. A la mañana siguiente vas a notar una gran mejoría.
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