Millones de personas en todo el mundo tienen cicatrices en el cuerpo debido a diversas circunstancias, tales como cirugías, quemaduras, lesiones traumáticas, o por enfermedades de la piel como el acné.
Estas no solo tienen un impacto estético, sino que también afectan la calidad de vida. Pueden ser más que una mera marca en la piel, un recordatorio constante de momentos difíciles y, a veces, incluso un obstáculo en la vida diaria. En esta columna, exploramos un enfoque innovador y combinado para el tratamiento de las cicatrices, destacando cómo la dermatología moderna está transformando la forma en que enfrentamos este desafío y brindando una nueva esperanza para lograr una piel renovada.
El manejo adecuado es un aspecto fundamental de la dermatología moderna. La visión de la tecnología avanzada está revolucionando la forma en que tratamos las cicatrices y ayudamos a nuestros pacientes a recuperar la confianza en sí mismos.
Lo principal es ofrecer soluciones abordando las necesidades individuales, utilizando técnicas y sistemas innovadores, minimizando así la apariencia de las lesiones e incluso logrando eliminarlas por completo. Una atención integral incluye seguimiento y apoyo durante todo el proceso de recuperación, lo que garantiza seguridad y comodidad de la persona atendida.
Tipos de cicatrices
Comprender las diferencias entre las cicatrices hipertróficas y queloides es importante. Ambas son anómalas con un exceso de colágeno, pero tienen diferencias clínicas significativas.
Las hipertróficas suelen mejorar con el tiempo y pueden tratarse con diversos enfoques terapéuticos. En cambio, las queloides tienen mayor complejidad y requieren un enfoque multidisciplinario. La prevención desempeña un papel importante, especialmente si se tienen antecedentes de queloide.
Por otra parte, el acné es un problema cutáneo común que puede dejar huellas en la piel. Es importante consultar a un dermatólogo para determinar el tratamiento adecuado y abordar un tratamiento de manera efectiva y minimizar la posibilidad de cicatrices posteriores.
Recomendaciones para minimizar cicatrices
En primer orden, como especialista, considero que la humedad es un factor clave a la hora de cicatrizar.
Cuando aparece una herida de diferentes etiologías, es común considerar las costras secas como un signo de que la herida se está cicatrizando. Sin embargo, esto es completamente equivocado, ya que esas costras pueden actuar como una barrera para la nueva piel en formación, ralentizando el proceso y dejando marcas más notorias.
En cambio, mantener las costras húmedas permite que el líquido serosanguinolento, lleno de células esenciales para la cicatrización, promueva una recuperación más efectiva. En resumen: las heridas cicatrizan mejor tapadas y húmedas.
Durante la curación se debe evitar el uso de productos antisépticos, desinfectantes, agua oxigenada o alcohol, debido a que pueden afectar negativamente al proceso de cicatrización. En lugar de eso, optar por solución fisiológica, agua y jabón suave, seguido de la aplicación de una crema antibiótica.
Una vez que la cicatriz ha aparecido en nuestra piel, ¿qué sigue? La buena noticia es que ahora existen tratamientos disponibles.
Los avances en dermatología han allanado el camino para tratamientos innovadores que pueden transformar las cicatrices de manera sorprendente. Este enfoque pionero, respaldado por la medicina y la tecnología modernas, se centra en minimizar y reducir al máximo todo tipo de cicatrices, devolviendo la confianza a aquellos que han sido molestados por estas marcas en la piel.
Fuente: Leisa Molinari (M.N° 116.628). Médica dermatóloga especialista en cáncer de piel y cirugía micrográfica de Mohs. Fundadora del Centro Médico de la Piel y miembro de numerosas sociedades científicas nacionales e internacionales. @dra.leisamolinari
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