Con los elementos, procesos y cuidados necesarios se puede recolectar el agua de lluvia para el uso cotidiano y, sobre todo, para aprovecharla mejor.
El agua de lluvia tiene múltiples y muy beneficiosos usos: se puede aprovechar para regar, limpiar, e incluso para consumir, si está bien filtrada.
Hay muchas opciones de filtros en el mercado, pero también alternativas para hacer el propio en casa de manera relativamente fácil.
Sergio Magazzini especialista Ciencias Ambientales y creador de @vueltacompleta, explica cómo hacerlo de acuerdo al nivel de purificación del agua.
Este primer proceso nos permite tener agua cruda o decantada.
Es decir, aquella que proviene de una primera filtración del material grueso: ramitas, hojas, piedritas, bolsas de plástico, etc.
Así como está, se puede usar para limpiar la casa o el auto. Para regar o tirar en el baño.
Como es cristalina y no contiene ni sal ni cloro, resulta muy útil para varios usos cotidianos.
Para volverla apta para el consumo, para el pelo o el cuerpo, tiene que pasar por otro proceso.
Para hacerlo podemos usar un sistema de botellas encastradas u otro balde.
La idea es generar varias capas purificadoras.
En el último nivel (en el fondo) se puede poner carbón activado para que se adhieran algunos contaminantes.
Encima van las gravas o piedritas muy finitas y arena.
De arriba hacia abajo quedaría así arena, gravas, carbón activado.
Una vez filtrada, se la puede poner en botellas de plástico y exponerla al sol durante un día entero.
De esta manera, nos aseguramos que el agua no tenga concentraciones dañinas de bacterias que nos puedan llegar a intoxicar.
Es importante mantener el techo limpio y verificar que en los tanques, recipientes o canaletas en los que juntaremos el agua no ingresen bichos.
Lo mejor es taparlos para que no se conviertan en un lugar que promueva la propagación de insectos.
Ahora sí, todo listo para empezar a acopiar.
Te invitamos a ser parte de la campaña #Principios2021 #Sumergidos2021 del Grupo Atlántida.
Más información: parati.com.ar