Fácil de cuidar, mega decorativa y con una abundante floración. Así es la bignonia rosada, uno de los arbustos trepadores favoritos para cubrir pérgolas y tapar a los vecinos.
La falta de privacidad o tener como todo horizonte un manojo de cables o los muros de otras casas, son los grandes enemigos de un jardín.
La buena noticia, es que pueden evitarse y la solución está en elegir arbustos y árboles que nos regalen una cortina verde natural que aumente la intimidad y mejore las vistas del jardín.
Y la bignonia rosada es una de las especies recomendadas para lograrlo.
También conocida como 'arbusto de Pandora' pertenece a la familia de las bignonáceas y es originaria de Sudáfrica.
Fácil de cuidar y de rápido crecimiento, la Podranea ricasoliana (su nombre científico) puede superar los 3 metros de altura y queda divina cubriendo pérgolas y tapizando muros, siempre y cuando se la ayude con algún soporte, ya que no trepa sola como las enredaderas porque no cuenta con raíces adventicias.
Su bellísima y abundante floración se da desde finales de verano hasta principios del otoño.
Las flores de la bignonia rosada son su máximo atractivo. Y es que además de ser bellísimas y tener una apariencia acampanada, atraen polinizadores ofreciendo un espectáculo digno de admirar.
El tronco es corto, muy leñoso y retorcido, dando con el tiempo un aspecto envejecido a la mata. Sus hojas son caducas, compuestas y dispuestas de forma imparipinada.