Con la llegada de la primavera, algo cambia en el aire. Los días se alargan, la luz se vuelve más cálida y de pronto aparece ese impulso de abrir las ventanas, ventilar y empezar a limpiar. Y no es casualidad: es una respuesta natural a los cambios que observamos en la naturaleza.
“Aunque el término ´limpieza de primavera´ o spring cleaning sea popular en otros países, su espíritu puede adaptarse perfectamente a nuestras casas y a nuestro clima”, afirma Karina Fiora, decoradora especialista en orden, entrenada en el Método KonMari en Nueva York y única KonMari Gold Consultant activa en Argentina.

“Más que una costumbre extranjera, es una invitación a renovar los espacios y acompañar, desde el hogar, la energía de transformación que trae esta época del año”, advierte Karina Fiora, fundadora de Orden + Deco (en Instagram @orden.masdeco).
“Mi misión es inspirar a crear espacios armoniosos y funcionales”, dice sobre su plataforma en la que ofrece productos digitales y servicios online para ayudar a mujeres de todo el país a organizar y embellecer sus hogares.
Qué es la “limpieza de primavera” o spring cleaning

Limpiar no siempre tiene que ver solo con quitar polvo o dejar todo reluciente. Puede ser también una forma de hacer una pausa, observar y elegir con intención qué queremos conservar y qué ya cumplió su ciclo.
En muchas tradiciones, limpiar es un gesto simbólico: una manera de despedir lo viejo y dar lugar a lo nuevo. Desde el feng shui hasta la psicología ambiental, se sabe que el entorno influye directamente en nuestro bienestar.
Un espacio despejado y luminoso mejora el ánimo, reduce el estrés y fomenta la creatividad.
Así se hace la limpieza estacional: liberar más que limpiar

1.Antes de empezar, regalate un momento para conectar con la intención de esta limpieza estacional. Podés hacer un recorrido por tu casa observando con atención: ¿qué rincón necesita más aire, más luz o más vida?
2.Armá tu “kit primaveral”: un atomizador con agua, vinagre y unas gotas de aceite esencial cítrico o floral, trapos reutilizables, bolsas para descarte o donación, y una playlist que te inspire. La idea es que limpiar se sienta bien, no como una obligación.
3.La verdadera renovación empieza cuando eliminamos lo que sobra. Antes de usar el trapo o el plumero, revisá cajones, estantes y rincones. Preguntate si cada objeto sigue teniendo sentido o lugar en tu vida, si te da alegría tenerlo, si hoy lo comprarías.
Si la respuesta es no, dejalo ir con gratitud, podés donarlo, venderlo o descartarlo si no está en buen estado.

Donar tiene, además, un valor emocional: permite que algo que ya no necesitás se transforme en recurso para otra persona.
Recientemente, Karina Fiora compartió una columna exclusiva de para ti DECO sobre cómo armar un vestidor funcional y con diseño.
¿Por dónde empezar una limpieza profunda?

La primavera y el camino al verano es el momento ideal para una limpieza más completa, de esas que no se hacen a diario. Lo mejor es avanzar de arriba hacia abajo y de adentro hacia afuera.
- Comenzá por techos ventiladores y luminarias.
- Seguí con paredes, marcos, zócalos y puertas.
- Limpiá ventanas y vidrios para dejar pasar la luz.
- Ocupate de los textiles: cortinas, almohadones, tapizados, cubrecamas y colchones.
- Revisá los electrodomésticos por dentro y por fuera.
- Y no olvides esos rincones que quedan siempre pendientes: detrás de los muebles, debajo de la heladera, estanterías altas, etc.
Cuando terminás cada ambiente, abrí las ventanas y dejá que circule el aire fresco. Vas a sentir la diferencia.
Mirá También

Cómo decorar pasillos con plantas: qué especies elegir y tips para transformarlos en espacios verdes
Cómo renovar la energía del hogar con detalles simples

Una vez limpia, la casa pide liviandad. Reemplazá los textiles pesados por telas frescas, claras y naturales. Sumá flores de estación, frutas a la vista o plantas de interior. Son pequeños gestos que aportan color, aroma y vida.
Los aromas también juegan su papel: los cítricos revitalizan, la lavanda relaja y el jazmín invita a disfrutar del momento. Unas gotas de aceite esencial o una vela suave bastan para completar la atmósfera.
No hace falta usar productos agresivos para lograr buenos resultados. Las mezclas simples (como vinagre, bicarbonato y limón) limpian, desinfectan y perfuman de manera natural. Además, ayudan a cuidar el ambiente y a reducir químicos dentro del hogar.
Elegí trapos de tela reutilizables, cepillos de cerdas naturales y envases recargables. Cada pequeño cambio suma hacia un hogar más consciente y responsable.
Cuando todo esté limpio y ordenado, dedicá unos minutos a recorrer los ambientes con calma. Cada espacio que renovaste representa un paso hacia una vida más ligera y consciente. Porque limpiar, en definitiva, no es sólo una tarea del hogar: es una forma de alinearte con el ciclo natural de renovación que la primavera nos propone.

