La llegada de un hermano siempre es un momento muy movilizante en la familia. Aparecen sensaciones encontradas en los padres y es totalmente normal. Lo importante es que vos hagas partícipe a tu hijo mayor de esta gran noticia y le expliques la importancia del vínculo que se generará entre el bebé y él.
Siempre es una alegría para los papás la llegada de otro bebé pero, a veces, para el hermano mayor puede resultar la pérdida de su “reinado”. Precisamente de vos dependerá que tu hijo entienda que tener un hermano es el mejor de los regalos, es un vínculo especial y distinto, incondicional y tan estrecho como único.
Su aceptación va a depender de la forma en cómo se maneje el anuncio del embarazo, la forma de integrarlo durante todo el desarrollo del mismo y la forma de presentar al bebé después de su nacimiento.
Si preparás a tu hijo para la llegada del recién nacido, ayudarás a evacuar sus temores y lograrás que ellos tengan un vínculo de unión y amor.
Te brindamos algunos consejos para que tu otro “bebé” participe de la mejor forma en el embarazo y reciba a su hermano con mucha felicidad y expectativa.
Con el nuevo hermanito, el niño ya no es hijo único, ni el más chiquito. Ahora es el hermano mayor. Un problema es cargarlo con este nuevo título y adjudicarle nuevas responsabilidades. Algunos padres repiten frases como: “dale el juguete, que él es el más chiquito” o “cuidá que no se caiga, sos el mayor”. Estas exigencias tienden a trabar la relación porque el mayor ve que el más pequeño tiene todo y que él sólo pierde.
Recordá siempre que el hermano mayor también es chiquito. Desde ahí también tenemos que acompañarlo brindando la seguridad afectiva que requiere esta etapa y, aunque los celos den vueltas por los aires, no es nada que un poco de cariño y de amor no puedan arreglar. En definitiva, compartir y respetar son las bases para la convivencia entre ambos hermanos y para que logren forjar una relación fuerte y amorosa.
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