Estando embarazada, las vacaciones no tienen por qué ser un problema. Salvo indicaciones médica precisas, las futuras mamás pueden viajar y disfrutar de su tiempo libre, siempre -claro- que tengan el visto bueno de su obstetra. Sólo será necesario tomar algunos recaudos y seguir las indicaciones concretas de tu médico. El resto sólo será disfrutar a pleno de tu tiempo libre.
Estás esperando un hijo y a punto de subirte a un avión: es lógico que tengas algunas dudas. Aunque los tiempos cambian y el progreso y la tecnología “achican” las distancias, mejorando los medios de transporte, hay conceptos básicos de la futura maternidad que se mantienen intactos. Sin hablar de que estamos en época de pandemia y todos esos miedos, naturales, que surgen desde hace años, ahora aumentan.
Pero aquí, lo único importante es lo que opinan los médicos. “Las vacaciones y los viajes de larga distancia no siempre están contraindicados durante el embarazo, pero es necesario consultar previamente al obstetra y tomar una serie de precauciones”, dice el doctor Roberto Yahni en su libro Voy a ser mamá. “Una regla básica para las vacaciones de la embarazada indica que el lugar a dónde se va a viajar, la temporada, el tiempo de duración y la distancia elegida, deben en realidad adaptarse a la futura mamá”, continúa el especialista.
“Por este motivo, antes de tomar cualquier decisión, hay que solicitar el permiso del obstetra”. Para dar el visto bueno, el médico va a tener en cuenta la edad gestacional, las condiciones en las que vino desarrollándose el embarazo y si hay ciertas condiciones particulares en la embarazada.
“El médico va sugerir, también en base a estos datos, qué lugares son más convenientes, por ejemplo, si desaconseja sierras o montañas, o el mar, o lugares de mucha elevación. Por el contrario, si considera que no hay ningún tipo de inconvenientes para un viaje largo en auto, avión o para una estadía prolongada, dará su autorización”, afirma Yahni en su libro.
Son varios los especialistas que están de acuerdo en afirmar que el segundo trimestre es el mejor para salir de vacaciones o hacer viajes largos, siempre que se trate de mujeres de salud óptima. Si la embarazada sufre de presión alta, de diabetes o de cualquier otro problema médico u obstétrico, es probable que su médico no le dé luz verde para viajar.
Ahora bien: si la embarazada está en perfecto estado de salud, no habrá problema para que viaje ni en el primer ni en el segundo trimestre de embarazo. Lo que sí, tal vez, debe evitarse es realizar un viaje en el tercer trimestre porque siempre existe la posibilidad de que el parto se adelante y no todos los lugares están preparados, adecuadamente, para un parto.
Por otra parte, un viaje a gran altura -por ejemplo a ciudades montañosas-, no está recomendado en ningún momento del embarazo: la adaptación a una menor presión de oxígeno puede ser un esfuerzo excesivo para la madre y también para el niño en gestación. Por otra parte, las embarazadas deben evitar los traslados a lugares lejanos donde sea necesaria la aplicación de determinadas vacunas, ya que algunas están prohibidas durante la gestación.
Y una última indicación: si viajás en avión, preguntá previamente en la línea aérea si existe alguna regulación especial referente a las mujeres embarazadas. Y nunca vueles en una cabina no presurizada. Todos los aviones comerciales están presurizados, pero los más pequeños pueden no estarlo, y los cambios de presión pueden quitarte la cuota de oxígeno imprescindible para vos y tu bebé.
Una vez decidido el viaje, con el permiso del obstetra en la mano, será imprescindible que hagas un listado con elementos que no debés olvidar:
Fuente: Voy a ser mamá, Dr Roberto Yahni y Qué esperar cuando se está esperando, A. Eisenberg y otros.